Horizonte Médico (Apr 2021)
La COVID-19, la ciencia y la pseudociencia, un yin-yang peligroso
Abstract
Hoy, la ciencia ha permitido que la humanidad pueda mejorar su tasa de supervivencia y también, como nunca en la historia, mejora de la salud, salubridad, vivienda, comunicaciones, transporte, informática, entretenimiento, estándar de vida, etc. Basta mirar lo que tenemos alrededor para darnos cuenta de que, gracias a la ciencia y tecnología, usamos y utilizamos materiales y dispositivos que no existían hace cincuenta años y ahora son indispensables para la vida moderna. Este lema «Sin ciencia no hay futuro», tan popular en tiempos de la pandemia de la COVID-19, se ha hecho famoso, tanto en nuestro país como en el mundo, y parecería una verdad obvia y redundante. Sin embargo, debemos estar atentos a su buen manejo y a las aplicaciones tecnológicas, porque pueden tener, literalmente, impacto en la vida, muerte o bienestar de las personas. La mala utilización de la ciencia en la política, las medias verdades científicas (la otra mitad falsa o sin prueba) dan réditos momentáneos, pero pueden tener consecuencias contraproducentes. Tenemos muchos ejemplos, como el manejo y entendimiento del cambio climático en países vulnerables como el nuestro que, con frecuencia, está expuesto a ciclos de inundaciones, huaycos y sequías, con pérdidas que pueden evitarse. En la salud pública también existe un impacto, como ocurre con enfermedades recurrentes como la malaria, el dengue, el chikungunya o el zika, que están influenciadas por el clima.
Keywords