Medicina (Apr 2001)

La Otorrinolaringología en Colombia. Historia y perspectivas

  • Jorge García Gómez

Journal volume & issue
Vol. 23, no. 1
pp. 44 – 46

Abstract

Read online

<p>Dos ilustres médicos fundadores de la Academia y de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, fueron el doctor Antonio Vargas Reyes y el doctor Manuel Azuero, pioneros de la cirugía de Cabeza y Cuello en el siglo pasado practicando “Resección parcial de Maxilares 1956-1976”, “Ligaduras de Arterias Linguales”, “Resección parcial de amígdalas”, “Extracción de cuerpos extraños del esófago”, “Trepanaciones de cráneo y cirugía de labio leporino”. Plata Azuero en 1857 opera al General Tomás Cipriano de Mosquera, delicada cirugía del maxilar inferior por lesión con armas de fuego y en otro paciente, extirpa el primer tumor de parótida sin lesionar el nervio facial.</p><p>Recordamos a estos maestros con profunda admiración operando sin los recursos médicos o quirúrgicos con que hoy practicamos estas intervenciones. A continuación debo mencionar a los pioneros de la especialidad en los primeros 50 años de este siglo de 1900 a 1950 varios de ellos miembros de la Academia.</p><p>En el año 1909, tres médicos generales viajan a Francia a especializarse, fueron ellos los doctores Celso Jiménez López, Arturo Arboleda y Manuel Antonio Cuéllar y al regresar practican en el Hospital San Juan de Dios, en la Misericordia y en la Clínica Santa Lucía las primeras endoscopias para extracción de cuerpos extraños del esófago y de los bronquios. El doctor Arcadio Forero en 1917 efectuó la primera broncoscopia en el país y el doctor Emilio Jaramillo, de Medellín, logra sin alumbrado sacar monedas del esófago.</p><p>Los primeros fibromas nasofaríngeos los opera con éxito en 1930 el doctor Miguel Jiménez López, quien fuera un cirujano de grandes méritos y habilidad quirúrgica inigualable de quien dijera el profesor Francisco Vernaza: “Para ver operar al doctor Jiménez un fibroma nasofaríngeo hay que estar en la banca vestido de frac”.</p><p>En 1920 ingresa a la Academia de Medicina como Miembro de Número el doctor Arcadio Forero con un trabajo de Esofagoscopia y Broncoscopia directas con los equipos que trajo de Viena. En 1921 practica en el Hospital San José la primera rinoplastia e ingresa a la Sociedad de Cirugía con un trabajo titulado “¿A qué edad debe operarse el labio leporino?”.</p><p>Termino este breve recuento histórico mencionando al doctor Rafael Meoz quien en la década de los años 30 da gran impulso a nuestra especialidad en nuevas técnicas de la amigdalectomía, vaciamiento mastoideo con cincel y martillo y cirugía de la laringe; bajo su dirección se forman los doctores Carlos Cleves Vargas, AbelardoArchila y el doctor Francisco Vernaza, ilustre miembro de la Academia y profesor de la Universidad Nacional.</p><p>En 1934 ingresó a la Academia como Miembro de Número el doctor Cleves Vargas con un trabajo sobre “Amigdalectomía por disección”, siendo pionero en cirugías de laringe practicando las primeras laringectomías en el Instituto de Cancerología, lo mismo que el doctor Marcos Barrientos quien por la misma época inicia esta cirugía en el Hospital San Vicente de Medellín. A todos ellos debemos rendir homenaje a su memoria y fueron pioneros de esta cirugía entre los años 1900 y 1950, cirugía que practicaron sin la ayuda del microscopio y los sofisticados sistemas de iluminación y rayos láser con los que cuentan las nuevas generaciones desde que iniciamos estas técnicas en 1950 en el Hospital San José.</p><p>Enseñar es la más hermosa tarea del médico porque le permite proyectarse a la sociedad a través de sus discípulos en promociones y enseñanzas del sublimado pensamiento. Nuestro más preciado patrimonio son los 110 especialistas en oídos, nariz y garganta formados bajo nuestra dirección en el Servicio del Hospital San José desde su fundación en 1947 y los 1500 estudiantes de la Facultad del Rosario y la Universidad Javeriana que en la consulta externa del servicio han recibido tantas enseñanzas básicas en su práctica profesional.</p><p>A ellos dedicamos nuestros libros esperando que en el futuro no tengan que consultar textos foráneos con patologías que no corresponden a nuestra realidad. Son nuestros discípulos un patrimonio invaluable que pagan generosamente todo nuestro esfuerzo. Lo único que le queda al hombre al morir es lo que ha dado a los demás.</p><p>La otología y la patología de cabeza y cuello han sido temas muy olvidados en los programas de enseñanza médica en nuestras facultades. Se habla mucho de la salud para todos en el año 2.000, pero se olvida que en este año tendremos más sordos, más cáncer de laringe y del pulmón...</p>

Keywords