Estudios de Lingüística (Mar 2022)
Fuertemente atados: Adverbios intensificadores en -mente y colocaciones en castellano medieval
Abstract
Este artículo se centra en las estructuras colocacionales formadas por los adverbios en -mente con valor intensivo del español medieval. Se parte, para ello, del concepto de colocación planteado por la Lexicología Explicativa y Combinatoria. Los datos obtenidos y los ejemplos citados proceden del vaciado sistemático de los corpus CORDE (Corpus diacrónico del español, RAE) y CDH (Corpus del Nuevo diccionario histórico del español) para las estructuras que constituyen nuestro objeto de estudio. Se especifican y comentan todos los segundos términos de la comparación encontrados según criterios de frecuencia y dispersión. Se constata que las colocaciones en que se integran los adverbios intensificadores incluyen, sobre todo, núcleos verbales. Es posible que también existieran colocaciones con adjetivos no participiales e incluso otros adverbios, pero los corpus no arrojan testimonios (solo cabe rastrear algunos ejemplos aislados de combinaciones con ciertos adjetivos), quizá porque en esta época se hallan en las primeras etapas de su desarrollo (probablemente a partir de una estructura primaria de adverbio + participio), o quizá también, en parte, porque los textos conservados son aún escasos y no totalmente representativos. Se pone de manifiesto la existencia de algunas colocaciones de gran éxito (llorar / combatir / herir fuertemente; herir fieramente; desamar mortalmente; pagar enteramente) y otras menos extendidas pero ya asentadas en el uso (conocer enteramente, destruir totalmente…). Los adverbios intensificadores más extendidos que dan lugar a un mayor número de colocaciones y desde más temprano son fuertemente y fieramente para los que encontramos, ya en el siglo XIII, si no antes, solidaridades léxicas muy relevantes que se van ampliando a medida que avanza la Edad Media. Las colocaciones con otros adverbios intensificadores (exceptuando altamente) se desarrollan solo a partir del siglo XIV y, sobre todo, en el siglo XV, lo que hemos de interpretar como una consecuencia de la integración progresiva de este tipo de adverbios en el discurso. En algunos casos, ello supuso un desequilibrio entre estos adverbios y sus posibles variantes de colocación, constituidas por formas cortas o locuciones adverbiales, de las que también se da cuenta en este trabajo. Los datos aportados a lo largo del artículo permiten apreciar cómo empieza a construirse uno de los paradigmas colocacionales más interesantes de nuestra lengua.