Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría (Jan 2008)
La singularidad del neologismo.
Abstract
Como sucede en muchos otros ámbitos del saber, también el período fundacional de la psicopatología se caracterizó por una riqueza descriptiva y heurística incomparable. La obra tardía de Esquirol –en especial sus estudios sobre las alucinaciones– orientó el estudio de la patología mental hacia la construcción de la semiología clínica, terreno fecundo sobre el que habrían de erigirse los edificios nosológicos y las parcelas nosográficas. La investigación de las alucinaciones llevada a cabo por Baillarger y Séglas culminó, a principios del siglo XX, con la descripción de las locuras discordantes (Chaslin), el Automatismo Mental (Clérambault) y las psicosis alucinatorias crónicas (Ballet). Próximo a este polo xenopático de la psicosis –correspondiente grosso modo al grupo de las esquizofrenias de Bleuler– se halla el de las formas delirantes de la locura, el cual atrajo el interés de los psicopatólogos sobre todo por algunos trastornos del lenguaje, entre los que el neologismo ocupó el lugar más destacado.