Sincronía (Jan 2018)
La muerte del apóstol Samuel y los hechos milagrosos que acompañaron la designación de su sucesor Naason.
Abstract
Guadalajara es la sede de la Iglesia pentecostal latinoamericana con más adeptos y franca expansión: La Luz del Mundo. En el 2016 su líder y apóstol (como se hace llamar) Samuel Joaquín falleció sucediéndolo en su dignidad de jefe de la Iglesia el quinto de sus hijos, el pastor avecindado en California Naasón. Llama la atención cómo dicho movimiento pentecostal no se disolvió a la muerte de su fundador Eusebio Joaquín, como le ocurre a muchas organizaciones religiosas cuya cohesión depende del liderazgo y carisma de su fundador. Por el contrario, de ser un movimiento religioso del tipo sectario, enclavado en el seno de una ciudad de arraigado catolicismo; que en sus orígenes tuvo que sortear la intransigencia cristera, la Luz del Mundo logró convertirse en una Iglesia de rango internacional. El estudio que presento es un primer intento por explicar cómo el hecho milagroso (por ejemplo, un sueño epifánico o profético), el liderazgo carismático y la propia doctrina que mitifica a la figura y familia del fundador son factores que han fortalecido a la Luz del Mundo. Estos tres factores, por cierto, entraron en juego en el proceso de legitimación de Naasón como sucesor de su padre al frente de esta organización religiosa.