Anuario de Estudios Medievales (Jun 2019)
El poder y lo sagrado: intereses políticos y religiosos en la canonización de Vicente Ferrer
Abstract
El presente artículo examina algunas cuestiones políticas y religiosas relacionadas con la canonización de San Vicente Ferrer, a través de una atenta y a menudo compleja lectura de los materiales de la canonización, de cartas y de hagiografía contemporánea. Los más fervientes promotores de su canonización fueron los Montfort, Duques de Bretaña, donde el santo fue enterrado; ellos utilizaron su buena relación con el dominico para afirmar la sagrada legitimidad de su dinastía, que había llegado al poder después de una sangrienta guerra civil y que adoptó una imagen casi real, similar a la de la monarquía francesa. En su Aragón natal, la situación era más complicada. El dominico había aupado a los Trastámara al poder en 1412, pero su protagonismo en el anuncio de la sustracción de la Corona de Aragón a la obediencia del papa Benedicto XIII disminuyó su importancia simbólica en su propia tierra. Solo después de la conquista del Reino de Nápoles por Alfonso V empezaron los Trastámara a impulsar con fervor la apertura del proceso de canonización, como parte de una estrategia para mostrar el favor divino con el que contaba el nuevo “régimen” aragonés en Nápoles. Los promotores de la canonización de Ferrer sabían que se encontrarían con varios impedimentos –presumiblemente, los rumores sobre sus convicciones heréticas, como aquellas vinculadas a la predicación de Vicente Ferrer sobre el Anticristo, y su posición respecto al Cisma y al Concilio de Constanza. En contrapartida, los defensores del nuevo santo lo presentaron sutilmente como sabio predicador que, gracias a sus sermones apocalípticos, movía a la multitud a la penitencia y que no reparaba en esfuerzos para conseguir la unidad de la iglesia dividida.
Keywords