Pensamiento Palabra y Obra (May 2015)

Artes y posconflicto 2

  • Pensamiento, Palabra y Obra

Journal volume & issue
Vol. 0, no. 13

Abstract

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Las lógicas del conflicto diseñan los territorios y crean determinadas maneras de habitarlos. Por eso, la apropiación social de la experiencia pasada convertida en memoria colectiva y su reconfiguración por medio de la construcción de ciudadanías creadas a partir de la filigrana que emerge cuando las memorias se tejen desde lo cotidiano, esto es, los encuentros en torno a la palabra, las comidas, los cantos, los cuerpos en movimiento, el tejido de sus mochilas y la elaboración de otras artesanías, sus festividades y carnavales, en suma, sus prácticas artísticas, y sociales, cuando nos acercamos a sus formas de cotejar al otro, sus silencios, sus miedos y alegrías, sus encantamientos y desencantamientos, pueden convertirse, unas y otras, en formas de reelaboración del conflicto y de reconstrucción del tejido social. Múltiples historias que comparten un espacio y empiezan a buscar la manera de contarse en esas nuevas formas de congregarse y habitar el territorio y la ciudad, son ciudadanías en donde el arte está llamado a tomarse lo público, y los públicos participan de ese rito canalizando toda expresión sensible y por qué no, buscando la tan anhelada reparación simbólica. O ¿será que el arte no ayuda a asumir la vida de otra manera? Y ¿solo pueden hacerlo los artistas? Territorios abandonados, cuya re-apropiación y sentido de pertenencia no están únicamente en manos de decretos, pactos, gendarmería o no, sino de cantos, cuerpos hechos danza y teatro, colores y gastronomía, y todo ello requiere nutrir el presente, esto es, las memorias cotidianas, con imaginarios producto de ese sueño de mundos posibles, ese acto en potencia que el arte nos permite diseñar1; además de facilitarnos la comprensión y resignificación del pasado de una manera simbólica. Aún esperamos que esos territorios del conflicto empiecen a ser habitados de otra manera, y allí el arte ya ha mostrado caminos, máxime cuando algunos mecanismos de participación social se han ido desgastando o han evidenciado la diferencia que implica, por ejemplo, apropiarse de la calle desde el arte. Referencias bibliográficas Londoño, E., (2011). Tríptico de palabras. Revista Pensamiento Palabra y Obra, 6, 125-135. ------------------------------------------------------ 1 “Esto es lo que hace al arte subversivo, pues imagina o crea otras realidades, convirtiendo esa imaginación, sueño o fantasía en un acto en potencia, esto es, pensar una realidad alternativa a la actual, el solo imaginarlo o soñarlo ya es una realidad. Es un acto transformativo en potencia, en primera instancia del individuo que lo propicia, pero así sigue invadiendo a otros, por eso es subvertor de la realidad. Pone en movimiento la cultura, la transforma, hace que las prácticas artísticas se conviertan, en últimas, en prácticas culturales de transformación de la misma cultura” (Londoño, 2011).