Del Prudente Saber y el Máximo Posible de Sabor (Jun 2024)
Una cuestión de escalas
Abstract
Este artículo analiza la película de Eduardo Williams El auge de lo humano (2016) como ficción audiovisual especulativa a partir de algunas concepciones que plantean la crisis de la episteme moderna sobre lo humano. El primer largometraje de Williams conecta a través de la tecnología y de la naturaleza tres espacios, Argentina, Mozambique y Filipinas, y no tiene una historia central o un conflicto dramático, sino que la cámara sigue a los personajes en el recorrido por distintos lugares casi en un registro documental. Pero a su vez la espacialidad y la temporalidad está trastocada generando un tiempo-espacio que no es ni distópico ni utópico, ni especulación tecnológica ni pre-historia sino que se sitúa en los intermedios, en los bordes, encontrando allí algunas posibilidades de resistencia a los flujos constantes del capitalismo mundial. Resulta, de esta forma, una película que podemos considerar rara en los términos en los que lo entiende Fisher (2018), ya que los pasajes, pasadizos, laberintos, madrigueras y agujeros cumplen un rol fundamental en la construcción de los espacios especulativos que se parecen mucho más a nuestro presente tercermundista que a los imaginarios mainstream de la ciencia ficción. En ese sentido, la película de Williams imagina desde lo cinematográfico un futuro en el que la experiencia de lo raro se instaura para romper con la centralidad del humano y, con ello, de la familia nuclear burguesa y el binarismo entre hetero y homosexualidad
Keywords