Cirugía Cardiovascular (Apr 2012)

354. Lesión de tronco principal izquierdo y cirugía coronaria: Diferente efecto en la supervivencia según la edad

  • R. García Fuster,
  • F. Paredes,
  • A. García,
  • E. Martín,
  • S. Cánovas,
  • O. Gil,
  • F. Hornero,
  • J. Martínez León

DOI
https://doi.org/10.1016/S1134-0096(12)70409-6
Journal volume & issue
Vol. 19, no. 2
p. 116

Abstract

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La lesión grave de tronco coronario izquierdo (TCI) suele entrañar un mayor riesgo quirúrgico, especialmente si existe inestabilidad clínica. Su efecto en la supervivencia tardía es menos claro, especialmente en edades avanzadas. Valoramos su impacto pronóstico considerando el factor edad. Material y métodos: Tres mil quinientos un pacientes fueron intervenidos de cirugía coronaria aislada entre enero de 1995 – junio de 2011. Se clasificaron en grupo A: edad inferior a 65 años, grupo B: edad igual o superior a 65 años; 303 (19%) y 522 (27,3%) pacientes tenían lesión TCI grave. Se estudió el perfil de riesgo, técnica quirúrgica e influencia en la supervivencia. Resultados: Los pacientes con lesión TCI tenían peor grado funcional (p < 0,0001) y más cirugía urgente (p < 0,0001). En el grupo A fue más frecuente el empleo de injertos arteriales O, Hornero F, Martínez León J múltiples (54,1 vs 40,1%, p < 0,0001 con o sin lesión TCI), no así en el grupo B. La afectación TCI no aumentó la mortalidad hospitalaria (grupo A: 2,3 vs 1,5%, p = 0,32; grupo B: 5,0 vs 4,0%, p = 0,37), pero sí la supervivencia en el grupo B (actuarial 5 y 12 años con o sin lesión TCI: 82 ± 1,8% vs 88 ± 0,9% y 49 ± 3,6 vs 57 ± 2,1; p < 0,001), no así en el grupo A (94 ± 1,3% vs 94 ± 0,6% y 76 ± 3,5 vs 81 ± 1,5; p = 0,37). La lesión TCI fue predictor de mortalidad tardía en el grupo B (hazard ratio [HR]: 1,42; intervalo de confianza [IC] 95%: 1,14–1,78; p < 0,01). Conclusiones: La lesión grave TCI no ha supuesto aumento significativo de mortalidad hospitalaria. En pacientes de edad igual o superior a 65 años sí se ha asociado como factor independiente a una peor supervivencia. El empleo de injertos arteriales y una menor comorbilidad ha podido beneficiar a los pacientes más jóvenes.