RIA: Revista Investigaciones Agropecuarias (Jan 2011)
Incidencia y control de los nematodes gastrointestinales bovinos en el Este de la provincia de La Pampa, Argentina
Abstract
Se efectuó una encuesta transversal en 350 establecimientos de ciclo completo y cría (CC) e invernada (IN) bovina, ubicados el este de la provincia de La Pampa con la finalidad de registrar los casos de gastroenteritis verminosa (GEV) y las prácticas de control y manejo utilizadas por los ganaderos. Las muestras fueron tomadas al azar a partir de 3 estratos de acuerdo al número de existencias bovinas: productores con más de 900 (G), de entre 900-500 (M) y de 500 a 300 (P) bovinos. El 33 % de los productores encuestados declaró haber tenido casos clínicos de GEV con una morbilidad y mortalidad del 11.2% y 0.42% respectivamente. Se registraron más casos de GEV (P<0.004, X2 8.33) en rodeos de CC (37%) que en los de IN (21%) con un resigo relativo (RR) 1.77 (95%; IC 1.18 - 2.74), pero no se registraron diferencias entre estratos. El 94% de los encuestados utiliza avermectinas (AVM) como droga única (71%) o combinada con benzimidazoles (BZD, 20%) o levamisol (3%) y el 6% utiliza BZD únicamente. A mayor número de ganado (G: 32%, M: 21%, P: 15%) la proporción del uso de las otras drogas además de AVM se incrementa (P<0.005, X2 7.80). El 95.2% se suministran en forma inyectable ya sea en forma única (82.6%) o combinados con orales (16.5%) o intrarruminales (0.9%). Se realizan en promedio 2,42 tratamientos anuales, siendo los productores G y los sistemas de IN (2.7 trat.), los que más (P<0.01) tratamientos aplican. El 35% desparasita a su hacienda dos veces al año en el otoño (entre marzo y julio) y a fines de invierno-primavera (entre agosto y octubre), mientras que el 16% lo hace una sola vez entre febrero y abril, y otro 12% trata dos veces desde fines de verano a principios de invierno. El 18% de los encuestados (G: 24%, M: 18%; P 13%) previene pérdidas por GEV mediante un estrategia de tratamientos fijos en el tiempo. Un 60% de los productores consultan al veterinario, pero sólo el 29% realiza diagnóstico coprológico (hpg), existiendo diferencias (P<0.001) entre estratos: G: 41%, M: 26%; P 19%. El 12% (CC 10%; IN 16%) hace un seguimiento de las infestaciones parasitarias a través de hpg y dosifica de acuerdo a ese monitoreo por indicación del asesor. El 94% de los encuestados opinó que la GEV es un problema de mayor importancia y el 30% expresó que era su principal problema sanitario, ya sea sólo la GEV (55%) o junto a otras patologías. El presente trabajo demuestra el peso económico de los PGI en la competitividad de los sistemas de la región. También se observa un elevado uso de antihelmínticos, principalmente avermectinas y poca participación del veterinario en la planificación del control. Se observa una tendencia a medida que las explotaciones son más grandes o en la invernada a darle más importancia al control, al uso de antihelmínticos y a la participación profesional.