Revista Mexicana de Oftalmología (Sep 2016)
Desarrollo de panuveítis por tuberculosis en paciente con esclerosis múltiple tratado con interferón beta
Abstract
Presentamos el caso de un ex toxicómano de 50 años que acudió a consulta de oftalmología con visión borrosa bilateral. En la anamnesis refería su desintoxicación 20 años atrás, con abstinencia total desde entonces y buena reinserción social. Su historia clínica reflejaba serología de hepatitis B+ y C+, pero VIH− y recientemente comenzó con esclerosis múltiple, controlada con interferón beta. Señalaba haber padecido últimamente un resfriado invernal prolongado. En la exploración oftalmológica se apreciaba una uveítis bilateral con precipitados queráticos. En funduscopia del ojo derecho destacaban múltiples granulomas coroideos y zonas de vasculitis periférica, activas y cicatriciales. La funduscopia del ojo izquierdo era normal. Tras diversas pruebas diagnósticas, como radiografía torácica y TAC pulmonar, se detectaron varios nódulos pulmonares. Asimismo, se realizó una prueba de Mantoux que resultó fuertemente positiva. La analítica mostraba neutropenia y linfopenia importantes. Por todo ello se hizo un diagnóstico de presunción de panuveítis secundaria a tuberculosis sistémica. Se administraron fármacos antituberculosos y corticoides sistémicos, con buena respuesta clínica sistémica y ocular. El interferón beta 1b es un inmunomodulador apropiado para la esclerosis múltiple, pero sus principales efectos secundarios son alteraciones analíticas como leucopenia, linfocitopenia y trombocitopenia. Los linfocitos CD4+ T, leucocitos, macrófagos y granulocitos, con la producción de sus mediadores interferón gamma, IL-12 o TNF-α son fundamentales para controlar al Mycobacterium tuberculosis. Por ello, antes de introducir Interferón beta 1b, convendría realizar técnicas de screening, como la prueba de Mantoux o el interferon gamma release assay–(quantiferon-TB) para detectar posibles tuberculosis latentes potencialmente activables.
Keywords