Psicosomática y Psiquiatría (Nov 2021)

Cuando diagnosticamos al cuidador. Síndrome de Munchausen por poderes

  • S. Salort Seguí,
  • M. Irigoyen Otiñano

DOI
https://doi.org/10.34810/PsicosomPsiquiatrnum0304
Journal volume & issue
no. 3

Abstract

Read online

El síndrome de Munchausen Por Poderes (SMPP) clasificado en el DSM-5 dentro de la categoría de trastornos por síntomas somáticos y trastornos relacionados1, se conoce como Trastorno facticio aplicado a otro. Como peculiaridad, en esta entidad, diagnosticamos al cuidador y no al paciente por el que a priori solicitan asistencia médica. Se trata de un cuidador (generalmente la madre), que causa, de forma intencionada, daño a otra persona (generalmente hijo/a), con el objetivo de recibir atención positiva, a través de un hijo enfermo. Es importante recalcar que la finalidad no es económica sino la de adoptar el papel de “cuidador”. Constituye una forma grave de abuso y se asocia a una alta tasa de consultas médicas, hospitalizaciones, reincidencia, morbilidad y en ocasiones mortalidad2,3. Se trata de una entidad infradiagnosticada como apuntan varios estudios4 y los más de 400 trabajos publicados sobre el tema. Pese a ser un síndrome ampliamente descrito en la literatura pediátrica, no podemos dejar de considerar a los adultos con alguna minusvalía como potenciales víctimas de un cuidador Munchausen, como en el caso que nos ocupa. Es importante conocer esta entidad, a fin de incluirla en el diagnóstico diferencial, especialmente, en aquellos pacientes en los que se plantee un caso inusual o de evolución tórpida, tal y como se describe en este caso clínico. En esta entidad, será la sospecha clínica la que llevará a plantear este diagnóstico y su confirmación no está exenta de dificultades. Un diagnóstico de SMPP, a menudo pasa por coacciones y manipulaciones por parte del abusador hacia el personal sanitario7,8, las implicaciones ético-legales con las que deberemos trabajar9 y las características del propio sistema sanitario, en el que el déficit de interconexión, favorece el libre deambular de estos cuidadores. Como todo abuso, el SMPP previsiblemente tendrá unas secuelas sobre la víctima que los padece5,6 y como más adelante veremos puede llegar a tener implicaciones intergeneracionales. Nuestra obligación como proveedores de salud reside en detectar el abuso y salvaguardar el bienestar del paciente. Especialmente en estos casos en los que la víctima está en condición de vulnerabilidad física o psíquica.

Keywords