[i2]: Investigación e Innovación en Arquitectura y Territorio (Jun 2020)

Nueva York y la reformulación del objeto. Transferencias norteamericanas entre escultura y arquitectura en el siglo XX

  • Llamazares Blanco, Pablo,
  • Zaparaín Hernández, Fernando,
  • Ramos Jular, Jorge

DOI
https://doi.org/10.14198/i2.2020.1.03
Journal volume & issue
Vol. 8, no. 1

Abstract

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La publicación en 1965 del influyente ensayo de Donald Judd titulado Specific Objects, puso de relieve que la reflexión norteamericana sobre el objeto de arte, desarrollada desde los años veinte, había alcanzado una identidad propia. Esa particularidad se apoyaba en el empirismo anglosajón y en el interés por la iconografía industrial e ingenieril, que posibilitaron el predominio estadounidense después de la Segunda Guerra Mundial. La potencia formal de las obras públicas y las máquinas se venía resaltando desde principios de siglo en las nuevas instituciones culturales neoyorquinas, con exposiciones y ferias que suponían un reconocible posicionamiento formal y artístico. Después, en los cincuenta, se erigieron diversos edificios con vocación pública, que instituyeron la estética moderna de la caja como emblema de la postguerra. Así se llegó, en el Nueva York de los sesenta, al Expresionismo Abstracto, el Pop y el Land Art, o el Minimalismo, que siguieron enfatizando la “objetualidad” hasta realizar una transferencia de categorías espaciales arquitectónicas a otras disciplinas artísticas, de unas características sin precedentes. Especialmente, el Minimalismo hizo que la escultura dejara de ser un mero volumen percibido desde fuera, para expandir su campo de acción al contexto expositivo e integrar el movimiento del espectador. A la vez, se activaba el espacio interior del objeto, hasta hacerlo incluso habitable. Se dejaba así preparado el camino para el definitivo entrelazamiento de arquitectura, escultura, escenografía y medios audiovisuales, propio de las instalaciones.