Revista Médica Herediana (Apr 2000)
Perfil socio-demográfico del donante de sangre del Hospital Nacional Cayetano Heredia- Lima: una comparación entre 1988 y 1994
Abstract
Todas las personas que efectúan una donación de sangre son entrevistadas indirectamente, a través de una serie de preguntas en forma confidencial, si su donación puede ser usada para transfusiones o solo para estudio a fin de excluir aquellas de alto riesgo para la transmisión de enfermedades. En la década del 80 a raíz de la emergente epidemia de SIDA, se llevan a cabo campañas de difusión a través de los medios de comunicación mas usados (radio, televisión y periódicos) para que aquellas personas con antecedentes de riesgo se autoexcluyan del procedimiento. Objetivo: Comparar las características sociodemográficas entre donantes de los años 1988 y 1994 con el fin de buscar variaciones que pudieran sugerir su efectividad. Material y métodos: Se elaboró un estudio retrospectivo comparativo entre grupos históricos, seleccionándose del total de donantes por cada año, muestras aleatorias de 627 y 606 donantes en 1988 y 1994 respectivamente, evaluándose las respuestas a las preguntas de una encuesta que se aplica después de efectuar la donación. Resultados: El 98% de donantes en 1988 y 93.2% en 1994 (p<0.0001) manifestó no haber sufrido ninguna de las enfermedades consultadas. El 2.5% de donantes en 1988 manifestó haber experimentado relaciones homosexuales alguna vez en su vida, lo cual contrasta con el 0% en 1994 (p<0.01) y el 8.3% de donantes en 1988 reconoció haber tenido relaciones sexuales con prostitutas o desconocidos en los últimos 6 meses, mientras que en 1994 constituyó el 6.4%. Conclusión: Hemos encontrado que el porcentaje de antecedentes de riesgo en donantes de sangre de 1994 fue menor que en 1988, con lo cual podría haberse reducido la transmisión de enfermedades infecciosas en el periodo ventana, ya que en cuanto a la serología no hubo diferencia significativa. La adecuada selección de donantes, el uso racional de las transfusiones y el screening serológico constituyen los principales medios para asegurar la inocuidad de la hemoterapia. ( Rev Med Hered 2000; 11:42-47) .