La Universidad (Apr 2021)
Monseñor Romero como inspirador del arte popular
Abstract
El magnicidio cometido en la persona de Monseñor Óscar Arnulfo Romero y Galdámez (1917-1980) permeó conciencias en los distintos puntos cardinales y gradualmente motivó una condena generalizada, así como también un reconocimiento a su sacrificio como pastor religioso, al menos a través de dos poderosas vías que en aquellas calendas del siglo XX nadie imaginaba, acaso solo él con sus palabras proféticas: "Si me matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño". Una de esas vías es la que lo conduciría a los altares de la Iglesia católica y, la otra, la que lo instalaría en los altares del arte popular a escala internacional. Así, e independientemente de clasificar o no a tales expresiones como arte religioso, su imagen y testimonio de vida están presentes en muchísimos países, ciudades y poblados más recónditos del mundo y, desde luego, de su país natal: El Salvador. Este modesto artículo reseña cómo la figura de Monseñor Romero hace presencia en, prácticamente, todas las manifestaciones de la creatividad humana: afiches artísticos, pintura mural y de caballete, escultura, música, canto, danza, teatro, poesía, cine, entre otras no menos importantes. Pero también, más allá de las galerías, oficinas gubernamentales, centros educativos, parques y calles, etc., el Mártir está presente en expresiones y formas más accesibles a la gente por la cual ofrendó su vida, como en la producción artesanal: camisetas y otras prendas de vestir en serigrafía, miniaturas en barro, llaveros... Se convirtió en la personalidad salvadoreña más universal.