Atención Primaria (May 2014)

Uso de los antisépticos en atención primaria

  • M. Isabel Gutiérrez Pérez,
  • M. Eulalia Lucio-Villegas Menéndez,
  • Laura López González,
  • Natalia Aresté Lluch,
  • M. Luisa Morató Agustí,
  • Santiago Pérez Cachafeiro

DOI
https://doi.org/10.1016/S0212-6567(14)70056-3
Journal volume & issue
Vol. 46, no. S2
pp. 10 – 24

Abstract

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Las heridas se pueden clasificar, según el mecanismo de acción, en quirúrgicas o traumáticas (que pueden ser incisas, como las provocadas por un objeto cortante; contusas, causadas por un objeto romo; punzantes, provocadas por objetos afilados y largos; por desgarro, causadas por tracción de los tejidos; por mordedura, que tienen alto riesgo de infección, por lo que no se deben suturar) o, por la evolución del proceso de cicatrización, en agudas o crónicas (úlceras por presión, úlceras vasculares, úlceras neuropáticas, heridas agudas con tórpida evolución). El empleo de antisépticos en cualquiera de los casos suele estar limitado a la limpieza y cuidados iniciales (48–72 h) y al lavado de manos e instrumental, y su uso en heridas crónicas o cronificadas es más discutible. En el caso de quemaduras sucede lo mismo, y es más recomendable el empleo de formulaciones que favorezcan la hidratación. En población pediátrica se suele recomendar el empleo de antisépticos con un perfil de seguridad conocido y baja absorción, especialmente en el caso del cuidado del cordón umbilical, donde la evidencia recomienda el empleo de gluconato de clorhexidina. Otro uso de los antisépticos es el cuidado de heridas producidas por la implantación de objetos dentro de la estética corporal (piercing y similares), siendo recomendable el empleo de antisépticos transparentes que permitan observar la evolución de la técnica.

Keywords