Jounal of Negative and No Positive Results (Dec 2020)

Dieta Mediterránea y dieta japonesa vs enfermedades neurodegenerativas

  • Yaxin Hu Yang,
  • María Teresa Iglesias López

DOI
https://doi.org/10.19230/jonnpr.3934

Abstract

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Las enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer (EA) han cobrado gran importancia en los últimos años debido al aumento del número de casos a nivel mundial, convirtiéndose en un gran problema para la Salud Pública. Esto se ha debido a un incremento de la esperanza de vida, lo que se traduce en un mayor número de personas ancianas en riesgo de padecer enfermedades crónicas y degenerativas. La EA es el tipo de demencia más común suponiendo un deterioro cognitivo que, en última instancia, lleva a una disminución y pérdida de la autonomía del paciente. Se caracteriza por la pérdida de la sinapsis neuronal debido a la presencia de placas seniles (PS) formadas por la acumulación de péptidos ß- amiloide a nivel extracelular, y agregados de la proteína tau hiperfosforilada a nivel intracelular dando lugar a los ovillos neurofibrilares (ONFs). Esto conlleva un aumento del estrés oxidativo y de procesos inflamatorios que producen, finalmente, la apoptosis neuronal. Actualmente, no existe ningún tratamiento farmacológico capaz de revertir dicha patología por lo que, una de las estrategias a las que se está recurriendo, es la intervención a nivel de los factores de riesgo modificables que se han asociado al desarrollo de la EA como, por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares. El estilo de vida, especialmente los hábitos dietéticos y la realización de actividad física parecen jugar un papel importante en la prevención de la aparición de la EA y otras enfermedades neurodegenerativas. La dieta Mediterránea y la dieta japonesa son consideradas mundialmente como dietas prudentes, saludables y nutricionalmente equilibradas. Por ello, el análisis de ambas dietas en el contexto de la disminución del riesgo de desarrollar la EA es de gran interés. El objetivo de este trabajo es llevar a cabo una revisión bibliográfica sobre la evidencia actual acerca de la asociación de dichas dietas con la función cognitiva y la EA. Tanto la dieta Mediterránea como la japonesa parecen contribuir a minimizar la probabilidad de padecer la EA. El alto contenido en sustancias antioxidantes y antiinflamatorias parece ser la razón. Los principales alimentos y nutrientes responsables de estas acciones son: polifenoles, carotenoides e isotiocianatos procedentes de las verduras, frutas y tés; ácidos grasos poliinsaturados omega 3 del pescado azul y ciertos aceites; ácidos grasos monoinsaturados presentes en el aceite de oliva; vitaminas liposolubles e hidrosolubles y minerales; e isoflavonas de la soja, entre otros. Todos estos componentes pueden actuar sinérgicamente para prevenir la enfermedad directa o indirectamente. Además, se promueve también la realización de actividad física regularmente como hábito de vida saludable. Actualmente, los datos relacionados con esta asociación siguen siendo inconsistentes posiblemente debido a la escasez de ensayos controlados aleatorizados y estudios epidemiológicos clínicos y observacionales a grande escala con diseños de estudio y métodos estandarizados. No obstante, los resultados de los que se disponen hoy en día permiten establecer una relación negativa entre el seguimiento de estos patrones dietéticos y el riesgo de sufrir la EA.

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