l’économie argentine et l’agriculture d’exportation, 2002-2009 : enjeux et conflits
Abstract
La coyuntura internacional a partir de finales del 2002 inaugura un período de crecimiento económico fuerte y sostenido (2002-2008); una de sus características será un aumento sustancial del comercio internacional y una mejora sin precedentes de los términos de intercambio a favor de los países productores de materias primas. Para Argentina el aumento de las exportaciones agrícolas y la mejora en los términos de intercambio ayudaron a sanear las finanzas públicas y generaron un superávit comercial voluminoso, que se tradujo en una mejora sensible del saldo de la balanza de pagos corriente. Paralelamente el crecimiento económico y el saldo superavitario de balanza comercial fueron ocultando ciertos problemas de competitividad del que adolece la economía argentina, como lo muestra el comercio bilateral con Brasil y China. En el plano agrícola, la introducción de retenciones sobre las exportaciones de productos agropecuarios, reimplantadas en 2002, a lo que se fueron agregando medidas administrativas de restricción cuantitativa a la exportación penalizaron ciertos producciones (leche, carne, y luego trigo y maíz) y coadyuvaron a profundizar el sesgo favorable a la producción de soja. En lo macroeconómico, el aumento incesante del gasto público, inducido por una política procíclica acompañada de subvenciones persistentes y en aumento a favor del sector industrial y en particular de los servicios (transporte, electricidad, gas...), exigió ir aumentando la presión fiscal incluyendo las retenciones sobre las exportaciones agrícolas. Las tasas impuestas a esas exportaciones desbordaron en marzo del 2008 el límite tolerable para los productores; un conflicto prolongado de varios meses enfrentó al campo con el gobierno. En el último trimestre del 2008, la coyuntura internacional se revierte y el contexto se degradó. La caída de los precios de las materias primas puso en tela de juicio la continuidad de esta política hacia el sector agrario y planteó al mismo tiempo un desafío mayor, el de la sostenibilidad de la gestión macroeconómica oficial.