Nefrología (English Edition) (Jul 2022)

New approaches in the nutritional treatment of advanced chronic kidney disease

  • María Martínez-Villaescusa,
  • Ángel Aguado-García,
  • Aurora López-Montes,
  • Mercedes Martínez-Díaz,
  • César Gonzalvo-Díaz,
  • Ana Pérez-Rodriguez,
  • Asunción Pedrón-Megías,
  • Llanos García-Arce,
  • Paloma Sánchez-Sáez,
  • Clara García-Martínez,
  • Abígail Azaña-Rodríguez,
  • Ana Belén García-Martínez,
  • Fernando Andrés-Pretel,
  • Francisco Botella-Romero,
  • Almudena Vega-Martínez,
  • José Miguel Giménez Bachs,
  • Miguel León-Sanz

Journal volume & issue
Vol. 42, no. 4
pp. 448 – 459

Abstract

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Introduction: Patients with advanced chronic kidney disease (ACKD) have a high prevalence of malnutrition. The dietary restrictions that we usually apply in terms of macro and micronutrients force our patients to follow dietary guidelines that deviate from healthy patterns. Objetives: To determine if a personalized nutritional intervention program, minimizing the usual restrictions would be justified in case it improved the evolution of kidney disease compared to standard treatment. Secundary objetives: To determine changes in nutrient intakes and in anthropometric and biochemical parameters, as well as quantify episodes of hyperkalemia. Material and methods: A single-center, randomized and controlled educational intervention clinical trial was conduct in patients from the ERCA outpatients clinic at the Complejo Hospitalario Universitario de Albacete. 75 patients were included, assigning 35 to a Control group and 40 to the Intervention group with 1-year follow-up. The nutritional status was determined using anthropometric data, body composition by Bioimpedance, blood and urine biochemical parameters and a 24-h recall questionnaire. The nutritional intervention was carried out in three different ways: individual, collective and telephone recall. Results: At the beginning of the study, the BMI showed a situation of weight excess with a mean of 28.83 kg/m2 (5.4) in men and 26.96 kg/m2 (4.09) in women. 70% of our patients had overweight. The abdominal circumference was 105.3 cm (10.2) and 92.3 cm (13.7) for men and women respectively without significant changes throughout the study. The percentage of fat mass (FM) was high in both groups for men and women throughout the study. We did not find biochemical parameters of malnutrition and only significant differences were observed in glomerular filtration rate (GFR), which increased in the intervention group. No patient presented any episodes of hyperkalemia during the study. The energy intake in both groups showed an inadequate distribution of macronutrients with a poor intake of carbohydrates (CH) that was supplemented with an excess of fat. In the case of micronutrients, we did observe an increase in potassium and fiber intakes with a decrease in sodium and phosphorus in the intervention group. Conclusions: Malnutrition is not exclusively an intake defficit and encompasses both the problems derived from a deficit and an excess of nutrients intake. Un to 70% of our patients showed weight excess and a fat mass higher than desirable. The implementation of an individualized nutritional education program, including a vegetables and fiber rich diet, less atherogenic, not only did not cause electrolyte alterations but also slowed the progression of kidney disease. Resumen: Introducción: El paciente con enfermedad renal crónica avanzada (ERCA) presenta una elevada prevalencia de malnutrición. Las restricciones dietéticas que aplicamos habitualmente en cuanto a macro y micronutrientes obligan a nuestros pacientes a seguir pautas dietéticas alejadas de los patrones saludables. Objetivo: Determinar si un programa de intervención nutricional personalizado minimizando las restricciones habituales estaría justificado si mejorase la evolución de la enfermedad renal comparado con el tratamiento estándar. Objetivos secundarios: Determinar los cambios en las ingestas de nutrientes y en los parámetros antropométricos y bioquímicos así como los episodios de hiperpotasemia. Material y métodos: Se realizó un ensayo clínico de intervención educativa, unicéntrico, randomizado y controlado en los pacientes de la consulta ERCA del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete. Se incluyeron 75 pacientes asignando 35 en un grupo control y 40 en el grupo de intervención con seguimiento a 1 año. La situación nutricional se determinó mediante datos antropométricos, composición corporal por Bioimpedancia, parámetros bioquímicos en sangre y orina y cuestionario de recuerdo de 24 horas. La intervención nutricional se realizó de 3 formas: individual, colectiva y recuerdo telefónico. Resultados: Al inicio del estudio el IMC mostró una situación de exceso de peso con una media en hombres de 28,83 kg/m2 (5,4) y de 26,96 kg/m2 (4,09) en mujeres. El 70% de nuestros pacientes mostraron exceso de peso. La circunferencia abdominal fue de 105,3 cm (10,2) y 92,3 cm (13,7) para hombres y mujeres respectivamente sin cambios significativos a lo largo del estudio. El porcentaje de masa grasa (MG) fue elevado tanto hombres como en mujeres durante todo el estudio. Los parámetros bioquímicos no mostraron una situación de malnutrición y solo se observaron diferencias significativas en el filtrado glomerular (FG) que aumentó en el grupo intervención. Ningún paciente presentó episodios de hiperpotasemia durante el estudio. La ingesta energética mostró en ambos grupos una inadecuada distribución de macronutrientes con una pobre ingesta de hidratos de carbono (HC) que se suple con un exceso de grasa. Para los micronutrientes sí observamos en el grupo intervención un aumento en las ingestas de potasio y fibra con una disminución de las de sodio y fósforo. Conclusiones: Malnutrición no es sinónimo exclusivamente de desnutrición y engloba tanto los problemas derivados del déficit como del exceso de ingesta de nutrientes. El 70% de nuestros pacientes mostraron exceso de peso y un porcentaje de masa grasa mayor del deseable. La aplicación de un programa de educación nutricional individualizado realizando una dieta rica en vegetales y fibra, menos aterogénica, no provocó alteraciones electrolíticas y supuso un enlentecimiento en la progresión de la enfermedad renal.

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