Revista de Historia Moderna (Oct 2009)
Una reflexión sobre la expulsión de los moriscos valencianos y la repoblación
Abstract
La historiografía sobre los moriscos y su expulsión ha estado determinada por todo un conjunto de prejuicios ideológicos. Los contemporáneos de la expulsión, al menos los que tuvieron ocasión de expresarse por escrito, adoptaron una posición que podemos llamar moriscófoba. Consideraban que la población morisca valenciana era económicamente poco relevante, dado el carácter minifundista y atrasado de la agricultura que practicaban. Al mismo tiempo pensaban que su población crecía a un ritmo mayor que la cristiana, debido al matrimonio universal y precoz que practicaban, ya que las que llamaban «cargas del matrimonio» eran para ellos poco exigentes y no practicaban el celibato. Los historiadores y publicistas del siglo XIX, fundamentalmente los liberales, adoptaron una actitud moriscófila, fundada en una percepción absolutamente contraria. Los moriscos eran una minoría económicamente muy activa y eficiente. Por lo tanto, su expulsión el año 1609 supuso un grave quebranto. Sin embargo los historiadores conservadores, interesados en la canonización del patriarca Ribera, mantuvieron el punto de vista moriscófobo. Los historiadores actuales han oscilado entre la moriscofilia y la moriscofobia, pero por razones menos ideológicas, como una explicación de un supuesto atraso económico valenciano, consecuencia de la expulsión de los moriscos y una repoblación que reforzó el régimen señorial.