Revista Derecho (Nov 2024)
El compliance como mecanismo para la prevención de la corrupción
Abstract
El compliance es un sistema de control que busca garantizar que las organizaciones cumplan con normas legales y éticas, tanto en el ámbito corporativo como gubernamental. Históricamente, el concepto ha evolucionado desde una herramienta administrativa hacia una estrategia clave en la lucha contra la corrupción. Los programas de compliance incluyen elementos esenciales como la identificación de riesgos, políticas internas y el rol de oficiales de cumplimiento. Estos programas son fundamentales para prevenir prácticas corruptas mediante la supervisión constante y el establecimiento de procedimientos claros. En términos normativos, el compliance se apoya en marcos internacionales como la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, el Foreign Corrupt Practices Act de Estados Unidos y el Bribery Act del Reino Unido. A nivel nacional, muchas jurisdicciones han adoptado regulaciones propias que refuerzan la lucha anticorrupción. Además, la norma ISO 37001:2016 proporciona un estándar internacional para sistemas de gestión antisoborno, ofreciendo beneficios tangibles para empresas y gobiernos. El compliance es especialmente relevante en sectores de alto riesgo, como la contratación pública y las industrias reguladas (banca, energía, telecomunicaciones). La tecnología ha transformado este campo mediante herramientas de inteligencia artificial, blockchain y plataformas de denuncias que refuerzan la transparencia y protección de denunciantes. Sin embargo, la adopción efectiva de programas de compliance requiere superar barreras culturales y regulatorias, y depende del compromiso ético de la alta dirección. En conclusión, el compliance es un pilar fundamental en la prevención de la corrupción. A medida que las organizaciones enfrentan nuevos desafíos, estos sistemas deben adaptarse para seguir garantizando la integridad en los distintos sectores económicos y gubernamentales.