Biomédica: revista del Instituto Nacional de Salud (Dec 2002)

Impacto social y económico de la violencia en las Américas.

  • Alberto Concha

DOI
https://doi.org/10.7705/biomedica.v22iSupp2.1185
Journal volume & issue
Vol. 22, no. Sup2
pp. 347 – 61

Abstract

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La violencia es un problema social y de salud pública que ha crecido en las Américas en las últimas décadas con efectos negativos en lo social, la salud y la economía de países, comunidades, familias e individuos. Más de 115.000 personas mueren asesinadas cada año, la mayoría de ellos son hombres; 55,000 cometen suicidio; en 20 a 60% de los hogares se ejerce alguna forma de violencia intrafamiliar contra niñas, niños, mujeres y ancianos; las pandillas juveniles, involucradas en actividades violentas y criminales, crecen en forma alarmante. Otras formas de violencia son las guerras y los conflictos internos o internacionales, la violencia política, los secuestros, los linchamientos, la violencia multinacional por el crimen organizado y las mafias con su tráfico de narcóticos, el comercio sexual y el contrabando de armas que dificulta el control de la distribución de las mismas. El enfoque de salud pública se basa en un método de trabajo sintetizado así: 1) caracterizar el problema en sus variables básicas de persona, lugar, tiempo, circunstancias y situaciones conexas; 2) identificar causas, asociaciones o factores de riesgo; 3) proponer intervenciones y evaluarlas, y 4) extender las intervenciones. La violencia es un acto intencional de origen multicausal. Diversos factores se interconectan y muestran las relaciones entre ellos. Se comentan los que han sido mayormente estudiados o han mostrado mayor evidencia. Se propone una mirada histórica que integre la represión y el control, la prevención y la recuperación del tejido social. La demanda de gastos por violencia representa una proporción significativa del PIB, estimado en US$168.000 millones para Latinoamérica. La violencia se puede prevenir. Con proyectos de prevención primaria se busca evitar que ocurra el hecho violento, pero si el evento violento ya ha ocurrido, hay que evitar su repetición o que sea de mayor gravedad, con prevención secundaria. La prevención terciaria se aplica para evitar mayores daños, se dirige a mejorar la calidad de vida. Los programas deben ser integrales y sostenidos en mediano y largo plazo. Finalmente, se comentan las políticas de OPS y OMS y, en especial, el Informe mundial sobre la violencia y la salud, una herramientas de trabajo para la prevención de la violencia.

Keywords