Acta Médica Costarricense (Dec 2010)

Experiencia con la reconstrucción quirúrgica de las deformidades de la pared torácica Surgical Experience with Reconstruction of Chest Wall Deformities

  • Jose A Mainieri-Hidalgo,
  • Mauricio Rivera-Cerdas

Journal volume & issue
Vol. 52, no. 4
pp. 240 – 245

Abstract

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Objetivo: Analizar las características clínicas, indicación para realizar la intervención y los resultados de la cirugía de pacientes con deformidades de la pared torácica. Métodos: Con el fin de obtener la información, se analizaron 32 expedientes clínicos que pudieron ser ubicados y la información incluida en la base de datos del Servicio de otros 13 pacientes operados en el servicio de Cirugía de Tórax del Hospital Rafael Ángel Calderón Guardia por Pectus Excavatum o Pectus Carinatum, desde enero de 1998 a enero del 2010. Resultados: Se encontraron 29 pacientes operados por Pectus Excavatum y 16 por Pectus Carinatum, de los cuales 37 fueron varones y 8 mujeres. La edad osciló entre 13 y 24 años con un promedio de 16 años. En 28 pacientes la única indicación para la cirugía fue la afección sicológica causada por la deformidad y en 17 se presentó además algún síntoma como disnea con el ejercicio, dolor torácico o palpitaciones. En 26 de los 29 pacientes operados por Pectus Excavatum se utilizó una barra de metal para mantener el esternón reducido en posición normal mientras se consolidaba, retirándola a los seis meses y en los últimos tres la reducción se efectuó con una malla de polipropileno que funcionó igual, pero con la ventaja que no requiere reintervención para retirarla. Los resultados se evaluaron en forma subjetiva de acuerdo a la satisfacción manifestada por el paciente y a la nota del médico; encontrando en un caso de Pectus Excavatum recidiva de la deformidad pero no de los síntomas. Los otros 44 manifestaron desaparición de los síntomas en los casos sintomáticos y mejoría estética de la deformidad, pero en cuatro casos se produjo cicatriz queloide. Un paciente operado por Pectus Excavatum presentó a los cinco meses, una complicación al desplazarse la barra y causar un hemotórax que requirió la colocación de una sonda de tórax para evacuarlo. En 10 pacientes se debió colocar sonda de tórax por neumotórax trans- operatorio. No se documentaron otras complicaciones. Conclusiones: Las deformidades del Pectus Excavatum y Pectus Carinatum que presentan síntomas restrictivos o afección sicológica por la deformidad estética, se pueden reparar con baja morbilidad y salvo los casos que desarrollan cicatriz queloide, resultados estéticos muy aceptables. La técnica de utilizar una malla en lugar de la barra de metal, funciona igual con el beneficio de que se evitan las potenciales complicaciones por el desplazamiento del metal y no requiere la reintervención para retirarla.Aim: To analyze the clinical data, the indications and results for the surgical reconstruction of the chest wall deformities. Methods: With the purpose of assessing the information, clinical data of 45 patients treated with surgical procedures for Pectus Excavatum (PE) and Pectus Carinatutm (PC) in the Thoracic Surgery Department of the Hospital Calderón Guardia during the period of January 1998 to January 2010, was analyzed. Results: During this period 29 patients were surgically treated for PE and 16 for Pectus Carinatum, 37 male and 8 female. Ages started from 13 to 24 with a median of 16 years. In 28 patients the surgical indication was the emotional stress caused by the deformity, 17 had in addition to that, symptoms like dyspnea during exercise, chest pain or palpitations. In 26 of the 29 patients operated for PE a metal bar was utilized to hold the sternum in position and removed 6 months later and in the last 3 patients a polypropylene mesh was used with the same function with no need of reintervention to remove it. The results were subjectively evaluated according to the patient’s satisfaction and the medical notes. In one patient with PE the deformity recurred but not the symptoms. In forty four patients the symptoms disappeared and there was a cosmetic satisfaction but 3 developed hypertrophic scars. One patient, five months after the surgery, had a dislodged sternal bar and hemothorax needing a chest tube for evacuation and removal of the bar. Ten patients had a chest tube for opening of the pleura during the surgical procedure. There were not deaths and no other complications were documented. Conclusion: Surgery for correction of the PE and PC deformities with physiologic alterations and cosmetic patient suffering could be performed with low morbidity and good cosmetic results, except for the patients who develop hypertrophic scars. A polypropylene mesh substitutes the metal bar and does not need a reitervention to be removed.

Keywords