Revista de Filología Española (Jun 1993)

Decoro y decoros

  • Maxime Chevalier

DOI
https://doi.org/10.3989/rfe.1993.v73.i1/2.552
Journal volume & issue
Vol. 73, no. 1/2
pp. 5 – 24

Abstract

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El Siglo de Oro propone a los estudiosos tres definiciones del decoro, formuladas las dos primeras por Juan de Valdés y la última por Covarrubias. Se nos ofrece, pues, la palabra decoro como de triple sentido: cierta inclinación virtuosa que impulsa al hombre a conducirse con arreglo a unos valores esencialmente morales; el concepto horaciano de conformidad con la naturaleza y verosimilitud de los caracteres; y el respeto, deferencia o miramientos que conviene demostrar a varias personas o cosas por diversos motivos. Frente a preceptistas y retóricos férreamente apegados a los conceptos horacianos, Juan Lorenzo Palmireno identifica el decoro con las buenas maneras. Situada entre estos dos polos opuestos, la mayoría de los textos áureos emplea la palabra conforme a la definición que propone Covarrubias. Así procede en especial Cervantes novelista. En el Quijote, decoro significa casi constantemente respeto debido a personas o cosas.