Kamchatka: Revista de Análisis Cultural (Dec 2015)
La poesía es un diálogo con los muertos. Entrevista a Julián Axat.
Abstract
Julián Axat es un poeta argentino, editor de libros y abogado defensor de menores nacido en 1976 en La Plata, una ciudad a hora y media de Buenos Aires conocida por su importante universidad y por haber sido en los años 70 uno de los principales bastiones de las luchas obrero-estudiantiles, objeto por ello más tarde de una brutal represión durante la dictadura militar de 1976-1983. Sus padres, Rodolfo Jorge Axat y Ana Inés Della Crocce, militantes de la organización político-militar Montoneros, fueron secuestrados en abril de 1977 y tras permanecer unos meses en el centro clandestino de detención La Cacha en La Plata se sumaron a la larga lista de los desaparecidos. Julián, de apenas 7 meses en ese entonces, fue criado por familiares y hoy es padre de dos hijas. Como poeta, es autor de una obra ya extensa que incluye Peso formidable (2004); servarios (2005); médium (2006); ylumynarya (2008); Neo (El equipo forense de sí) (2012); musulmán o biopoética (2013); y Rimbaud en la CGT (2014). Editó una antología, Si Hamlet duda le daremos muerte (2010), que recopila textos de 52 poetas argentinos nacidos a partir de los 70. Otra antología que editó, La Plata Spoon River (2014), recoge textos de poetas que homenajean a las víctimas de una gran inundación que asoló la ciudad de La Plata en abril de 2013, con el saldo de una centena de muertos. Sus poemas se han traducido al francés, el inglés y el portugués. Desde 2005 dirige la colección de poesía Los detectives salvajes en la editorial La talita dorada que publica, como se anuncia en la solapa de sus libros, “poesía inédita, perdida, escondida y silenciada por efecto del terrorismo de estado”, incluyendo la obra inédita de jóvenes desaparecidos en los 70 y la de sus hijos hoy. En el ámbito profesional, es abogado y fue profesor de derecho político en el Colegio Nacional de La Plata. En un artículo que publicó sobre los juicios que se siguen llevando a cabo por los crímenes del terrorismo de Estado, en particular el juicio correspondiente al centro clandestino La Cacha donde estuvieron secuestrados sus padres y donde él es parte querellante (“Legitimidad de los juicios de lesa humanidad”, Página/12, 3/9/2015), Axat menciona el origen de su vocación por el derecho: “nuestro padres no tuvieron la posibilidad de defensa. Por eso, muchas veces pienso que quizás quise ser abogado por esa ausencia, por ese vacío del terror, por ese intento imaginario de viajar al pasado a defender lo que entonces estaba obturado y ahora no”. Axat se desempeñó en La Plata como defensor oficial del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil, siendo su tarea la defensa de jóvenes pertenecientes a sectores carenciados y puestos en situación de internación o cárcel por delitos o por uso de droga, en particular en aquellos casos de “gatillo fácil” en que la policía mató a jóvenes sospechados de delinquir o incluso los hizo desaparecer extrajudicialmente. Actualmente, está a cargo de un programa de la Procuración General de la Nación que brinda a la comunidad un acceso rápido y eficiente a los servicios de asesoramiento jurídico. A través de la creación de oficinas en villas miseria y barrios carenciados, denominadas Agencias Territoriales de Acceso a la Justicia (ATAJO), este programa permite que los ciudadanos más vulnerables cuenten con la ayuda de abogados, psicólogos y trabajadores sociales. En varios artículos y entrevistas, Axat se ha referido a su trabajo con esos sectores vulnerables como parte de su oposición al “discurso de la inseguridad”. Ese discurso, difundido en ciertos medios de comunicación y alentado por algunos sectores políticos, criminaliza a los pobres, llama a endurecer las leyes penales y a aumentar la presencia policial, promueve la industria de la protección del hogar (cámaras, alarmas, guardias privados), clama por la reducción de la edad de punibilidad de los delincuentes y, en definitiva, propone la “mano dura” y la “tolerancia cero” como únicas soluciones a la conflictividad social. Si en Europa y en Estados Unidos los inmigrantes, negros y latinos son los chivos expiatorios objeto del estereotipo y la criminalización, en Argentina —afirma Axat— ese lugar lo ocupan los pobres, y en especial los jóvenes de barrios marginales que son permanentemente hostigados por la policía. Por eso la importancia que le asigna a programas comunitarios como los que él dirige, para a través de la educación, la asistencia y la divulgación de los derechos ciudadanos “despolicializar” (su neologismo) el tratamiento del delito a fin de verlo menos como una cuestión penal y más en su dimensión social. Los artículos que Axat publica regularmente en periódicos y revistas hablan de sus variados intereses: además de cuestiones poéticas cuando se trata de la aparición de uno de sus libros, o de lo que tiene que ver con la memoria y los juicios por derechos humanos, están las problemáticas del narcotráfico, los linchamientos, los casos de justicia por mano propia y el trato de menores por parte de la policía y las cárceles. En la entrevista que sigue, se refiere con su habitual capacidad a la vez analítica e introspectiva a estas cuestiones.
Keywords