Anales de la Facultad de Medicina (Jun 2019)
Mantener los logros de la vacunación implica también “inmunizar” contra lo que se oponga
Abstract
La inmunización es por todos aceptada como uno de los mejores logros de la salud pública y de la humanidad, pues los programas implementados en los países han contribuido de modo muy importante a la reducción de la mortalidad y la morbilidad de enfermedades infecciosas, siendo un hito importante la erradicación de la viruela en el mundo y la eliminación de la poliomielitis en las Américas. Muchos brotes recientes de enfermedades prevenibles por vacunación en diferentes países se han relacionado con comunidades no vacunadas, hecho que es un riesgo global, dada la migración inevitable de personas. Los factores sobre la decisión de los padres de usar o evitar la vacunación de sus hijos, obedecen a conductas complejas y multidimensionales, incluyendo determinantes contextuales relacionados con los servicios de vacunación, o también individuales tales como conocimientos, actitudes y creencias o aspectos sociodemográficos. Pese a los esfuerzos, pocas estrategias de salud pública han tenido éxito y continuidad para contrarrestar los movimientos anti-vacuna, no siendo el problema solo la falta de conocimiento, por lo que se debemos desarrollar respuestas innovadoras para abordar este comportamiento anti-vacuna -de manera multidisciplinaria- determinando sus causas, así como los contextos en los que se dan. Pese al grado de desarrollo y el avance científico-tecnológico, paradójicamente hay brotes de enfermedades prevenibles por vacuna en países del primer mundo. El Perú, así como los países Latinoamericanos, tienen la fortaleza en sus programas de vacunación, que si bien han tenido algunas oscilaciones de coberturas en de terminados momentos, siguen siendo una arma contundente en el control de enfermedades inmunoprevenibles e incluso se están haciendo esfuerzos para eliminar algunas como la hepatitis B. Es nuestro deber mantener y fortalecer estos programas en todos sus componentes, incluyendo estrategias convincentes para inmunizarlas contra los grupos que se oponen sin fundamento, porque si se detiene la vacunación reaparecerán indefectiblemente enfermedades mortales. Para mantener los logros de la vacunación hace falta también “inmunizar” contra todo lo que se le oponga sin fundamento.