Estudios Sociales (Jan 2006)

Europe: Migration and Development

  • Nigel Harris

Journal volume & issue
Vol. 14, no. 27
pp. 8 – 24

Abstract

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La actitud de los gobiernos hacia la migración -interna y externa- ha cambiado en forma radical en años recientes. Considerada anteriormente como evidencia de una descomposición crónica social y económica así como una seria amenaza para el poder gubernamental (bajo una urbanización acelerada), la migración interna es vista actualmente como un mecanismo muy importante para la redistribución de recursos de las localidades más ricas hacia las más pobres y un medio vital para elevar el ingreso de la población de estas áreas. El mismo cambio de percepción se está presentando sobre la migración internacional. En este caso, los flujos de remesas de trabajadores que laboran en el exterior hacia sus familias en sus lugares de origen se han convertido en un componente relevante en el ingreso de divisas de un gran número de países. Al cabo de ciertas reticencias, los gobiernos ahora han venido aceptando la migración por trabajo, con el fin de facilitar y reforzar sus efectos sobre la paliación de la pobreza. Sin embargo, se presentan algunos problemas con la pérdida de los trabajadores más emprendedores y con mayor calificación en los países en desarrollo. ¿Pueden reconciliarse los intereses en juego -países en desarrollo, migrantes, países desarrollados-?. La migración temporal circulatoria con propósitos de capacitación parecería ser el mejor resultado, de tal manera que la migración se convirtiera en un medio para potenciar el capital humano de los países en desarrollo en la tarea de reducir la pobreza mundial. Existen, no obstante, muchas opciones sin inmigración para los países desarrollados, desde reformas a sus mercados laborales internos hasta la subcontratación en el exterior. La alternativa real tiene que ver con la clase de mundo que deseamos.

Keywords