Medicina y Ética (Apr 2021)
La sedación paliativa: los temas candentes
Abstract
La Sedación Paliativa (SP), para el control de los síntomas refractarios a las terapias estándar de la fase terminal, es una práctica inherente a los cuidados paliativos (CP), pero muchos aspectos de su aplicación quedan como objeto de debate y confrontación. Es inevitable y obligado que la decisión de reducir o quitar la consciencia a un paciente, si bien muy sufriente y en proximidad de la muerte, suscite emociones y dilemas clínicos y éticos, En esta contribución hemos examinado y reflexionado en los aspectos principales y controvertidos ligados a la SP emergentes de la literatura, trabajo que ha constituido la premisa para delinear un proceso decisional y líneas guía de procedimientos internos en nuestro asilo. Muchos aspectos, a partir de la definición, a la indicación, a los procedimientos para la SP no tienen todavía un estándar internacionalmente definido y común, pero están disponibles líneas-guía y recomendaciones internacionales que, si bien con bajo nivel de evidencia, son instrumentos indispensables que expresan la reflexión y la experiencia de médicos paliativistas expertos y preparados. Precisamente por las delgadas fronteras éticas y clínicas que separan la SP de las prácticas eutanásicas, nuestra reflexión lleva a reafirmar la necesidad de que la práctica de la SP deba ser realizada con rigor, atención y competencia y que crezca siempre más la formación de personal competente y dedicado que conozca todas las fases del procedimiento de la SP, en su forma y en su contenido. En términos éticos es necesa- ria una seria valoración de la relación entre la finalidad por la cual se actúa y la acción realizada, por tanto la modalidad con la cual se persigue la finalidad revela las reales intenciones que sustentan la acción. También en el caso de la SP seguir una precisa y compartida modalidad de procedimiento es acto fundamental que revela, en la práctica clínica, su recta intención. De ello se sigue que todas las reflexiones dirigidas a una buena práctica clínica sobre la SP, son esenciales para garantizar su licitud ética. Con estas premisas, la posibilidad de una SP puede constituir "un continuum de una buena práctica clínica" basada en una atenta y empática consideración del paciente y de su familia cuyo bienes- tar, del nacimiento a la muerte, es prioridad y finalidad de todo acto médico, en particular en los CP del final de la vida.