RIA: Revista Investigaciones Agropecuarias (Jan 2018)
Implementación de buenas prácticas agrícolas para la gestión ambiental rural
Abstract
Los sistemas rurales han sido sometidos a un proceso de conversión creciente que ha provocado grandes cambios estructurales y funcionales en los agroecosistemas de la región. El reemplazo de pastizales naturales por cultivos anuales con la consecuente incorporación de tecnología permitió elevar significativamente la productividad biológica y económica de esas tierras. No obstante, simultáneamente se vieron modificados los flujos de energía, los ciclos minerales, el proceso hidrológico, la estabilidad y fertilidad de los suelos, el hábitat y la biodiversidad de las regiones intervenidas. La región Pampeana Austral es un ejemplo de cómo los cambios en el uso de la tierra agudizan los problemas ambientales y conducen a una simplificación estructural y funcional de los sistemas productivos. Por este motivo, surge como objetivo evaluar la situación ambiental de un establecimiento rural representativo del partido de Tandil para la aplicación preliminar de Buenas Prácticas Agrícolas, campaña 2013/2014. La metodología consta de dos etapas. Una primera fase de análisis de puntos de control planteados por las Buenas Prácticas Agrícolas. Se recurrió a un análisis descriptivo y cuali-cuantitativo en el que se utilizaron fuentes primarias (observación directa en trabajo de campo, adaptación de la lista de verificación de variables del manual Buenas Prácticas Agrícolas (2013), entrevistas semiestructuradas dirigidas al productor y empleados del establecimiento) y fuentes secundarias (registros documentales de las actividades realizadas en el establecimiento, manual de Buenas Prácticas Agrícolas Global Gap (2013). La segunda etapa es la comprensión de la situación ambiental del establecimiento rural evaluado de manera cuali-cuantitativa y sintética a partir de una matriz DAFO. Del total de los aspectos evaluados, el 60% de los puntos de control analizados presentan una situación ambiental óptima o adecuada para la incorporación de Buenas Prácticas Agrícolas y el 40% de ellos una situación comprometida. Es posible concluir que la mayor parte de los procesos y acciones llevadas a cabo en el establecimiento rural son favorables para la puesta en marcha de dichas prácticas. Sin embargo, cabe destacar que existen impactos, como los producidos sobre la biodiversidad, que deben superarse aun para mejorar la situación ambiental de los puntos de control desfavorables. Luego, las conclusiones muestran que diferentes medidas destinadas a disminuir los efectos negativos fueron identificadas. No obstante, mientras se incorporan técnicas que aumentan la sustentabilidad en términos de conservación de suelos, aumenta la demanda de insumos energéticos, de agroquímicos y de la cantidad de litros utilizados por año. Se espera aportar al establecimiento un panorama preliminar para la implementación de Buenas Prácticas Agrícolas, no solo analizando y potenciando fortalezas y oportunidades que presenta, sino también tomando medidas correctoras respecto a amenazas y debilidades. A su vez, se pretende contribuir al análisis de la gestión ambiental de agroecosistemas a partir de la aplicación a un caso de estudio concreto y con una metodología posible de aplicar en otros establecimientos rurales de semejantes características. Sería fundamental, a partir de este trabajo, la concientización de productores, la incorporación de prácticas tendientes a la sustentabilidad ambiental y el desarrollo de políticas para un futuro ordenamiento territorial ambiental.