Historia y Sociedad (Jan 2012)
David M. Friedman, Con mentalidad propia. Historia cultural del pene (Barcelona:Península, 2007), 362 p.
Abstract
“En una cultura donde la virgen simbolizaba todo lo puro, el pene era el referente de todo lo malo. Lo que defi nía la santidad de María era su ausencia de contacto con un pene”1. Una frase sentenciosa que, poco después de iniciar el recorrido del libro aquí reseñado, señala una de las tantas divisiones —y oposiciones— culturales con las cuales Occidente ha persistido en producirse a sí mismo. David M. Friedman elabora un trabajo de historia cultural que tiene por objeto un órgano, probablemente conocido por todos, pero ignorado como objeto de conocimiento por la historiografía —más atención parece haberle merecido al psicoanálisis y a la antropología en su aspecto simbólico, auncuando menos en su determinación material—. Paradójicamente, ese órgano tan conocido, deseado tanto como vilipendiado y fetichizado al límite del paroxismo que lo imagina capaz de desfl orar la inocencia de niños, niñas y mujeres, se nos muestra en este trabajo como un gran desconocido por la ciencia histórica.