Revista de la Facultad de Ciencias Médicas de Córdoba (Feb 2024)

Discursos Pronunciados en el Acto Académico realizado el 12 de octubre de 1993 con motivo de celebrarse el 116 Aniversario de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba.

  • Antonio Horacio Grinfeld

DOI
https://doi.org/10.31053/1853.0605.v51.n1.43641
Journal volume & issue
Vol. 51, no. 1

Abstract

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Es para míun inmerecido privilegio haber sido designado para hablar en este Acto Académico. Procuraré hacerlo en forma breve, pero subrayando algunos conceptos fundamentales. Hoy es el cumplefios de nuestra FACULTAD DE CIENCIAS MEDICAS, muy joven aún con 116 (ciento dieciseis) peldaños en su interminable objetivo de servicio comunitario. Y me pregunto: más allá de los aciertos o dificultades cotidianas, ¿cuál es el misterioso nexo que hernana a todos los que por ella hemos transitado, sin distinción de jerarquías, desde el más encumbrado de sus Decanos hasta el más modesto de sus ordenanzas? . La respuesta es sencilla. Es su espíritu propio, que a partir de nuestro primer tránsito por su Claustros anide imperceotible pero firmemente en nuestro corazón, para no dejarlo ya nunca más. La vida humana es demasiado breve en relación a la vida Institucional. Los que conformamos el Claustro, sentimos a diario el peso de la tradición que distingue a la UNIVERSIDAD de CORDOBA y su FACULTAD de CIENCIAS MEDICAS, como así también la imposición no escrita de mantenerla, continuarla, y si fuera posible enriquecerla. Como decía Aristóteles: "nunca conocemos algo acabadamente si no conocemos su Historia", y la tradición de nuestra FACULTAD es éso precisamente: su HISTORIA no escrita pero renovada en cada generación con el mantenimiento de su signo más significativo: su profundo humanismo, su vocación de servicio y la consoladora presencia de sus integrantes compartiendo el dolor de los que sufren. En lo personal, y con 42 (cuarenta y dos) años de UNIVERSIDAD, desde los deliciosos días de estudiante y hasta hoy, así lo he sentido siempre! Estoy convencido de la identidad conceptual con todos y cada uno de mis colegas Profesores y Docentes de la CASA que diariamente brindan a los jóvenes toda su experiencia y conocimiento, en una silenciosa y a veces inadvertida labor, por la cual requerimos como compensación más preciada, el orgullo de enseñar y plasmar cada año la necesaria capacitación que con el pasar del tiempo se traduce en profesionales brillantes que trascienden los límites de nuestra Provincia proyectándose en el país y en el mundo. Es así como en todos estos años nuestra Facultad ha sido cuna de un sinnúmero de hombres de bien, abnegados y muchas veces anónimos que son hoy, el reflejo y fruto de las enseñanzas recibidas. Mantener y exaltar los VALORES del ESPIRITU en una época en que gran parte de la masa humana se subordina al progreso tecnológico, olvidándose o postergando los valores primarios del individuo. Paradojalmente, las Escuelas de MEDICINA del mundo procuran volver hoy al camino del cual nunca nos apartamos, redescubriendo el viejo médico de familia

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