Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría (Jan 1985)

Tratamiento con sociodrama familiar de un niño epiléptico con disconducta.

  • Pablo Álvarez Valcarce

Journal volume & issue
Vol. 5, no. 13
pp. 189 – 198

Abstract

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Existe una marcada relación entre las disconductas de las epilepsias del Lóbulo Temporal (agresiones, intentos de suicidio, etc.) y los trastornos emocionales del entorno familiar. El tratamiento propuesto es el Psicodrama Moreniano, aplicado primeramente como Sociodrama Vincular a la relación madre-hijo, después como Grupo de Psicodrama de Adolescentes, y finalmente como Sociodrama Familiar. Un niño de trece días de edad, es ingresado en el hospital con deshidratación severa, parada cardio-respiratoria e intolerancia alimentaria total. Permanece ingresado durante siete meses. Desde entonces presenta alteraciones de conducta progresivamente más graves hasta que a los doce años experimenta varias crisis convulsivas atípicas. El EEG bajo sueño, muestra una punta muy persistente en el Lóbulo Temporal derecho. El tratamiento farmacológico mejoró las crisis que desaparecieron, pero los trastornos de conducta empeoraron con aparición de intentos de suicidio. Es en este momento cuando se comienza el tratamiento con Sociodrama. La dramatización de las fantasías agresivas con él y con su madre, conlleva la desaparición de las pseudo-alucinaciones auditivas. El uso de las técnicas de Concretización al dramatizar las fantasías de suicidio, produce una mejoría de las disconductas. La dramatización del rol sádico pone en evidencia el Mecanismo Reparatorio de tipo Histérico que subyace a las disconductas. A partir de todo esto, el paciente instaura la conducta de buscar a su padre (normalmente ausente) después de sus ataques de furia. Al trabajar con toda la familia se ponen en evidencia las posiciones sociométricas, los deficientes roles de esposos, los mitos familiares, la relación madre-hijo altamente sexualizada, y el pobremente estructurado rol de padre. En el Grupo de Psicodrama de Adolescentes, el paciente trabaja con sus relaciones angulares y triangulares, lo que facilita el aprendizaje de los roles sociales. El paciente deja de lado sus disconductas, inicia unas relaciones sociales más independientes, y sus crisis no vuelven a presentarse, siendo necesaria una dosis menor de anticomiciales para su control.