Cuadernos de Trabajo Social (Feb 2012)

De la modernización a la "Gran Sociedad": continuidades y cambios en el Trabajo Social en el Reino Unido

  • Iain Ferguson

DOI
https://doi.org/10.5209/rev_CUTS.2012.v25.n1.38431
Journal volume & issue
Vol. 25, no. 1

Abstract

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En el desarrollo del Trabajo Social en el Reino Unido, Harris y White identifican características comunes del neoliberalismo en el mismo bajo los gobiernos conservadores y laboristas (el nuevo laborismo), como son: la subcontratación de los servicios del sector público a las organizaciones privadas y voluntarias, la aplicación de valores y prioridades del sector privado a las organizaciones del sector público, sobre todo las tres «es»: economía, eficiencia y eficacia (Audit Commission, 1983) y el énfasis en la función clave de la gestión como una disciplina inequívoca para mejorar el rendimiento y la eficiencia (Harris y White, 2009, pp. 5-6). Sin embargo, junto a estos rasgos comunes existen algunos aspectos específicos en la etapa del nuevo laborismo, que incluyen: un énfasis en la medición del rendimiento profesional y de los servicios, tales como objetivos e indicadores de rendimiento, con la nueva creación de organismos de control e inspección encargados de velar por que se cumplan estos objetivos; una mayor incorporación del uso de tecnologías de la información y la comunicación (TICs) y, supuestamente, un «enfoque no ideológico del bienestar» que se asienta en la noción de la práctica basada en la evidencia (Webb, 2006). Este énfasis en la gestión del rendimiento implica el protagonismo del elemento clave del proyecto del Nuevo Laborismo que ha sido la «modernización de los servicios sociales» y la opinión de que no se puede confiar sólo en los trabajadores sociales para ofertar servicios de calidad. El alcance que estas medidas ha tenido en la mejora de la calidad del Trabajo Social en el Reino Unido es una cuestión todavía por determinar. En relación con la gestión del rendimiento, por ejemplo, ahora hay una cantidad considerable de investigaciones empíricas y de informes oficiales que sugieren que el acento que se puso en la última década en los objetivos establecidos e impuestos desde arriba y con un seguimiento estructurado a través de un estricto régimen de regulación e inspección, a menudo ha dado lugar a una práctica profesional mecanicista y defensiva. Según un reciente informe encargado por el gobierno, titulado Revisión de la protección de la infancia en Inglaterra, el establecimiento de la gestión del rendimiento ha tenido profundas implicaciones en la ética de la práctica profesional. En palabras de Munro, poner excesivo énfasis en la preparación de las personas para realizar inspecciones y para alcanzar objetivos e indicadores de resultados ha llevado a una situación en la que el sistema ha focalizado la preocupación de las personas en «hacer las cosas bien» en lugar de en «hacer lo correcto» (Munro, 2010, p. 14).Otro elemento clave del Nuevo Laborismo sobre la modernización de Trabajo Social está basado en involucrar cada vez más a los profesionales para que incorporen de manera ineludible las tecnologías de la información y la comunicación (TICs). De este modo en el sistema de protección de la infancia, los trabajadores sociales deben dedicar entre un 60 y un 80 por ciento de su tiempo de trabajo a la introducción de datos en los sistemas de información, lo que no parece que sea la mejor forma de utilizar el tiempo de un profesional y, desde luego, está muy lejos de poder recurrir a los aspectos relacionales que constituyen la esencia de la actuación del Trabajo Social, que ha sido lo que prioritariamente, ha atraído a muchos trabajadores sociales a la profesión (White, Wastell, Broadhurst y Hall, 2010). Por todo ello, ha habido un considerable descontento en la profesión sobre la forma en que el Nuevo Laborismo introdujo en su agenda la modernización del Trabajo Social, que ha sido vivida como un debilitamiento, tanto de los valores fundamentales de la profesión como de los aspectos terapéuticos y humanísticos, del Trabajo Social y que la ha reducido a una profesión puramente técnica «sin valores». Además, los trabajadores sociales fueron excluidos de gran parte de las iniciativas del Nuevo Laborismo para combatir la pobreza, tales como: el programa Sure Start para los niños y las familias y las diversas iniciativas del New Deal (Jordan y Jordan, 2001). En este contexto el actual partido conservador, con Cameron como primer ministro, ha insistido, en que la existencia en el Reino Unido de un egoísmo creciente, el individualismo y el aumento de los niveles de desigualdad no se deben —apunta— a las políticas neoliberales aplicadas por los gobiernos conservadores y por el Nuevo Laborismo en los últimos treinta años, sino a la existencia de un «Gran Estado», sobre todo entre 1997 y 2010. En el nuevo laborismo: «se da una preocupante paradoja y es que con el crecimiento reciente del Estado con su efecto en la responsabilidad personal y social, ha promovido en lugar de solidaridad social, egoísmo e individualismo» (Cameron, 2009). Frente al «Gran Estado», al Big State, Cameron ha contrapuesto la idea de la «Gran Sociedad», la Big Society, cuyo objetivo es «quitarle el poder a los políticos y dárselo a la gente». En esta perspectiva se alinean algunos destacados académicos de Trabajo Social que normalmente no simpatizan con las políticas conservadoras, en particular, Bill Jordan (Jordan, 2011). En un artículo reciente, Jordan ha interpretado la idea de Gran Sociedad sobre todo como una respuesta al enfoque gestor que el Nuevo Laborismo había atribuido al Trabajo Social y considera que ofrece a la profesión una oportunidad para volver a conectar con la perspectiva moral (en lugar de la tecnocrática). Aunque la crítica a la filosofía tecnocrática del Nuevo Laborismo es un elemento del discurso de la Gran Sociedad, sin embargo es un error, verlo como el principal elemento. Lo que le preocupa más bien a Cameron son aquellos que se encuentran en el extremo opuesto de la sociedad que, ya sea por la edad, discapacidad o desempleo, dependen en mayor o menor grado del Estado de bienestar. En ese sentido, la Gran Sociedad es una continuación de su tesis precedente, y la respuesta a ella, a que Gran Bretaña es una «sociedad rota» (Broken Society), rota no por las políticas monetaristas de la década de 1980 de los gobiernos conservadores que cerraron grandes sectores de la industria, destruyendo comunidades de clase obrera y dejando a millones de personas sin empleo y sin esperanza (Davies, 1998), sino por la irresponsabilidad de los pobres y su incapacidad para romper con la dependencia del bienestar. La idea de la «Gran Sociedad» es un importante programa de cambio estructural que apunta a revertir el Estado de bienestar de la posguerra. La idea clave es relevar al Estado de la responsabilidad de satisfacer las necesidades y gestionar los riesgos que los individuos no pueden hacer frente por sí solos. ¿Cuáles son, entonces, las implicaciones de la perspectiva de la Gran Sociedad para el Trabajo Social en el Reino Unido? Se consideran sucintamente tres elementos: personalización, empoderamiento de las comunidades y fomento de la acción social y apertura de los servicios públicos (HM, Government, 2010). El primer aspecto se refiere a la política de proporcionar a las personas una suma de dinero (conocido como un pago directo o presupuestario individual o personal) para que puedan comprar su propia atención en el mercado. Una segunda línea del proyecto «Gran Sociedad» consiste en otorgar a los consejos locales y a los barrios más poder para tomar decisiones, pero en el marco de la austeridad y recortes económicos actuales muchas organizaciones de beneficencia y de voluntariado locales, vistos por el Gobierno como la columna vertebral del proyecto de Gran Sociedad, dependen en gran medida de la financiación de las autoridades locales, que han sido las principales víctimas de estos recortes. El tercer aspecto se centra en abrir todos los servicios públicos (con excepción del sistema judicial y los servicios de seguridad) a la competencia de «cualquier otro proveedor calificado». La externalización de servicios, en pocas palabras, se convertirá en la posición a seguir por defecto. Desde finales de 1980, las políticas de los gobiernos, tanto conservadores como del nuevo laborismo, se han basado en la creencia de que la competencia es la mejor garantía de la calidad de los servicios públicos. Sin embargo, en este ámbito ocurre lo mismo que en el de la aplicación de la gestión del rendimiento, que se mencionó anteriormente: hay poca evidencia de que la «cultura del contrato» que se ha desarrollado haya producido como resultado una mejora de la calidad de la atención. Por el contrario, sobre todo en el Tercer Sector, con frecuencia ha conducido a una «carrera a la baja» entre las organizaciones que compiten para ganar contratos (Cunningham y James, 2007). Si se tiene en cuenta el contexto de austeridad prolongada, además del aumento de la privatización de los servicios de asistencia social, es difícil sentirse optimistas ante el futuro del Trabajo Social en el Reino Unido. Sin embargo, se vislumbra un rayo de esperanza con el desarrollo, en los últimos años, de la creciente oposición a la agenda neoliberal, dentro del Trabajo Social, entre los profesionales, estudiantes, académicos y usuarios de los servicios, que se refleja tanto en un renovado interés por la tradición del Trabajo Social radical, como por el surgimiento de organizaciones, como la Red de Trabajo de Acción Social, la Social Work Action Network. Estos desarrollos son aún frágiles, pero la historia del Trabajo Social sugiere que, cuando los trabajadores sociales son capaces de conectarse con movimientos sociales más amplios, no sólo están en mejores condiciones para defender los servicios en los que sus clientes confían, sino también, su práctica se enriquece y transforma con este contacto. Cada vez son mayores las luchas en toda Europa contra las medidas de austeridad que socavarán aún más la calidad de vida de las personas más pobres y vulnerables de la sociedad e indican que no faltarán oportunidades para que se lleve a cabo este tipo de conexiones

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