Revista UNISCI (May 2010)
Turkish-Greek Relations and the Cyprus Question: Quo Vadis?
Abstract
Se puede afirmar que el factor obstructivo en el curso general de las relaciones entre Turquía y Grecia, marcadas por la intransigencia, es la ausencia de una base para el diálogo y negociación donde se puedan establecer relaciones constructivas. Los esfuerzos de diálogo y negociación que se han ido iniciando de un tiempo a otro han sido improductivos por la falta de una base de confianza y seguridad entre ambos países. El proceso de diálogo moderado y medidas de confianza que se pusieron en marcha tras la crisis de los 90 lograron formar una base para la distensión bilateral de 1999. Al mismo tiempo, al conferirle la Unión Europea el estatus de candidato a Turquía, los contenciosos entre Turquía y Grecia pasaron de la esfera tradicional al ámbito europeo. En otras palabras, las relaciones bilaterales y sus disputas se “europeizaron”. En la fase posterior a 1999, las relaciones bilaterales se vertebraron alrededor del eje de la condicionalidad y la europeización. Aunque tal situación creó una base apropiada para el desarrollo del diálogo y la cooperación, no fue posible lograr una verdadera mejora en lo que a la solución de los problemas fundamentales se refiere. En especial, con la aceptación de la parte griega de Chipre en la Unión Europea a pesar de su rechazo del Plan Annan, se ha alterado el equilibrio desfavorablemente para los turco-chipriotas y para la misma Turquía, aumentando por ello las críticas hacia la Unión Europea. El proceso de distensión está reforzando la opinión de que es posible estar a la altura de los problemas de supra-securitización del pasado. Sin embargo, nuevos problemas están poniendo a prueba el nivel de tolerancia de las relaciones. Las relaciones, que el “ancla europea” evita que degeneren, podrían entrar en tensión en caso de que la pertenencia a la Unión Europea no se materializase en el futuro.