Cirugía Cardiovascular (Jan 2010)

23. Seudoaneurisma aórtico con infeción de prótesis en aorta ascendente. ¿Es necesario retirar siempre la prótesis? ¿Cuánto tiempo con tratamiento antibiótico?

  • G. Sánchez Espín,
  • R. Ivanova Georgieva,
  • R. Arnedo Díez de los Ríos,
  • J.M.a Melero Tejedor,
  • C. Porras Martín,
  • M. Such Martínez,
  • S. Di Stefano,
  • E. Olalla Mercader,
  • J. Ruiz Morales

DOI
https://doi.org/10.1016/S1134-0096(10)70739-7
Journal volume & issue
Vol. 17, no. S1
p. 101

Abstract

Read online

El seudoaneurisma aórtico con infección de prótesis en aorta ascendente (PIPAA) tras cirugía cardíaca es una entidad infrecuente (0,9-2%) pero grave (mortalidad intrahospitalaria > 40%). El tratamiento más extendido es la cirugía con recambio protésico y terapia antibiótica adecuada a antibiograma; pero el recambio protésico en ocasiones es técnicamente inviable e incluso puede aumentar la mortalidad perioperatoria. Existen casos en los que se ha preservado la prótesis infectada con éxito terapéutico, realizándose limpieza/reparación quirúrgica local apoyada con omentoplastia. No existe consenso en la duración de la terapia médica, y el tratamiento «supresor a largo plazo» en ocasiones se complica por efectos adversos de los antibióticos. Objetivos: Aportar dos nuevos casos y evaluar el tratamiento realizado tras un seguimiento a largo plazo. Método: Análisis descriptivo de aspectos microbiológicos, farmacológicos y resultados de la terapia realizada, en dos casos de PIPAA de pacientes intervenidos por disección de aorta (prótesis de dacrón en posición supracoronariana) y por insuficiencia y anuloectasia aórtica (tubo valvulado). Se realiza tratamiento quirúrgico conservador de la prótesis aórtica (limpieza quirúrgica, reparación del seudoaneurisma y omentoplastia), asociándose terapia antibiótica prolongada ajustada a antibiograma. Conclusión: Ambos casos presentan, tras más de 1 año de seguimiento, según criterios clínicos, microbiológicos y pruebas de imagen, ausencia de signos de recidiva infecciosa, resultando la terapia adecuada. Aun sin poder establecer tiempo óptimo de tratamiento, serían razonables 6 semanas de tratamiento endovenoso seguidas de 24 semanas de terapia supresora, a ser posible oral, y valorar su retirada siempre que no existan signos de recidiva.