Historia contemporánea (Apr 2012)
Historia urbana e historia obrera: reflexiones sobre la vida obrera y su inscripción en el espacio urbana, 1900-1950
Abstract
El artículo examina algunas cuestiones básicas de relación entre clase obrera y espacio urbano. El espacio urbano y la vida cotidiana en la ciudad, especialmente en la gran ciudad europea de la primera mitad del siglo XX, no fueron elementos pasivos en el proceso de formación de la clase obrera. Desde la Primera Guerra Mundial sobre todo, vida obrera y espacio urbano experimentaron un giro importantísimo. Se consolidaron nuevos suburbios donde las clases trabajadoras se segregaron en mayor medida de las demás clases sociales. Los cambios en el ámbito de la vivienda fueron muy destacables y las distancias entre lugar de trabajo y lugar de residencia se dilataron. Aunque las redes de sociabilidad primaria en el barrio —el parentesco, el vecindario, la amistad— lograron sobrevivir, el asociacionismo barrial comenzó poco a poco a declinar. Ni los distintos estratos obreros, ni las distintas ciudades acusaron tales cambios por igual. El obrero cualificado y el empleado fueron muchas veces los protagonistas avanzados de esas mutaciones, mientras que el obrero no cualificado mantuvo en mayor medida las viejas pautas de inserción en el espacio urbano. Las grandes «ciudades del sur» acusaron los cambios de manera bastante menos acusada. Mientras que en esas ciudades las viejas pautas espaciales lograron mantenerse todavía con fuerza, las «ciudades del norte» fueron en cambio escenario de una fragmentación progresiva: de los distintos estratos de clase en áreas cada vez más diferenciadas, de la vieja unidad trabajo residencia, de las redes de sociabilidad territorial tejidas en torno al barrio. Se plantea como hipótesis que esa nueva relación de la clase obrera con el espacio urbano pudo ser un elemento condicionante del reflujo posterior a la excepcional coyuntura revolucionaria de 1917-1920.