Revista Iberoamericana de Educación (May 1997)
Presentación
Abstract
La financiación de la educación es una cuestión que preocupa hoy no sólo a los gobiernos, sino también a los miembros de la comunidad escolar. Sin embargo, el tema del financiamiento de la educación no suele ser tratado en demasía ni en los foros académicos ni en las reuniones internacionales, gubernamentales o no, ni tampoco es frecuentado por las revistas especializadas de educación. Posiblemente por estimar que esta materia es excesivamente ardua, árida y, a veces, ininteligible incluso para los protagonistas de la educación. Posiblemente también por sus inevitables relaciones ideológicas y políticas. No obstante, pocas cosas condicionan más el desarrollo de los sistemas educativos que la cuestión previa de su financiación. Más aún, pocas cosas están tan ligadas a decisiones políticas y prioridades sociales como el financiamiento de la educación. No se trata, por tanto, de volver a la vieja polémica doctrinal sobre si la educación es un factor de inversión o de consumo, sino de atender a los problemas actuales del gasto público en sus relaciones con la educación: ¿cuánto debe gastar un país en educación?; ¿debe financiarse preferentemente la educación primaria o el objetivo prioritario del gasto público debe ser la educación secundaria?; ¿debe un país dar prioridad a la enseñanza superior, especialmente la de carácter técnico, para hacer frente a las exigencias ineludibles de la revolución tecnológica?; ¿es posible conciliar objetivos tan dispares dentro del propio sistema educativo?; si lo fuera, ¿cuál debería ser la proporción del gasto de cara a los diversos niveles educativos?