Revista Derecho (Oct 2016)
El mercado durante la guerra: ¿Trinchera de combate o cuartel de estrategia internacional?
Abstract
Cualquier guerra se libra en dos escenarios: las trincheras y los cuarteles de estrategia. En las trincheras están los que sufren el combate pero no pueden decidir sobre el mismo; en los cuarteles están los que no sufren, pero sí deciden. En la guerra, pues, vale la pena identificar el sitio donde se encuentran los mercados, que para bien o para mal, son afectados directos de cualquier conflicto que llegue a consecuencias bélicas. Los mercados suelen reaccionar de formas muy diversas a los combates – o a rumores de combate – por lo que estudiar la relación resulta relevante. No será extraño observar cómo ante una guerra, los precios de los hidrocarburos suben, se da una tendencia inflacionaria y los productos de consumo masivo escasean. Por supuesto, nada de esto tiene sentido ya que las guerras no son el necesario reflejo de la realidad del mercado; es justo ahí donde se introduce el concepto de especulación económica, la cual hace que los productores y consumidores tomen decisiones económicas en base a rumores sin base real. El Mercado Cambiario será sujeto directo de las fluctuaciones causadas por las especulaciones producto de las guerras. Es más, las guerras van a ser las que marquen el ritmo de la evolución de los sistemas monetarios internacionales. Sin embargo, la valuación de la moneda no es la única que sufre fluctuaciones producto de las guerras; igualmente los mercados de valores se ven afectados por este tipo de fenómenos, haciendo que las bolsas de valores del mundo reaccionen con prontitud ante cualquier conflicto que pueda serles afecto. Probablemente las partes en combate pierdan a sus jóvenes en el campo de batalla, pierdan sus aparatos productivos, a miles de civiles y queden con secuelas por décadas, siendo la guerra la mejor manera de que ambas partes pierdan. Aunque por supuesto, siempre habrá un ganador por el lado del mercado. Es por eso que si alguien pregunta “¿por qué siguen habiendo guerras?”, la respuesta es muy simple: ¡porque son muy rentables!