Latin American Research Review (Dec 2018)
Manuales de urbanidad y discursos sobre el ornato en Cuba en el siglo XIX: Hacia un gobierno de los sentidos, el cuerpo y la ciudad
Abstract
Books of etiquette emerged in Cuba during the nineteenth century as a tool that the creole class used to impose themselves as the model of an imagined national subject. Also known as manuals of urbanity and good manners, these texts projected the aspirations of the creole elite. They served as technologies to craft a kind of body—bourgeois, white, heterosexual, Cuban—molded to inhabit the new urban spatial configurations that the modernizing tendencies of the early century brought forth. I examine the synergistic ways in which manuals of conduct and their driving ideology, urbanity, developed in close relationship with the ornate—another major technology of government and differentiation of bodies through space. Politics of the ornate aimed to transform Havana into an elegant capital which was modern and colonial at once, and make its image “decent,” that is, clean from sensory references to black and female marginal bodies. I examine the discursive connections between the ornate and urbanity to unpack how modern bourgeois respectability was negotiated in a symbolic realm and through the regulation of sensations and emotions. Resumen Los manuales de conducta surgieron durante el siglo XIX cubano como un instrumento de la élite criolla en ascenso, para imponerse como modelo de un sujeto nacional imaginado en construcción. Estos textos, también llamados de “urbanidad y buenas maneras” fueron importantes símbolos de las aspiraciones de la élite criolla, en tanto tecnologías para la conformación de un tipo de cuerpo —burgués, blanco, heterosexual, cubano— moldeado para habitar las nuevas configuraciones espaciales urbanas que trajeron consigo las tendencias modernizadoras de inicios de siglo. El presente artículo examina las formas sinérgicas en que los manuales de conducta, y su ideología motora, la urbanidad, se desarrollaron en estrecha relación con otra importante tecnología de gobierno y diferenciación de cuerpos en el espacio: el ornato. Bajo la premisa de adecentar, las políticas de ornato tenían como objetivo transformar La Habana en una elegante capital, colonial y moderna a la vez, concebida como una imagen limpia de referencias sensoriales a cuerpos negros y femeninos marginales. Al examinar las conexiones discursivas entre el ornato y la urbanidad se evidencian las formas en que la respetabilidad moderna burguesa se negociaba, no sólo en un plano simbólico sino también a través de la regulación de las sensaciones y emociones.