Pensamiento. Revista de Investigación e Información Filosófica (Feb 2015)
Teología de la Evolución (III): el Espíritu Santo como Fuente de la Novedad Emergente. Denis Edwards, 2004
Abstract
Cerramos la presentación de la tríada de intuiciones valiosas para elaborar una teología dela «creación evolutiva», que iniciamos con las intuiciones de Karl Rahner y Karl Schmitz-Moormann [ve rPENSAMIENTO, vol. 63 (2007), pp. 605-636, y vol. 64 (2008), pp. 783-814, respectivamente]. Presentamos hoy las intuiciones del teólogo católico australiano Denis Edwards, publicadas definitivamente en su libro de 2004. Profundo conocedor de la teología de Karl Rahner, parte de la intuición de la «autotrascendencia activa», pero la enriquece sustancialmente desde su opción filosófica por una «ontología relacional» y su profundo conocimiento de la tradición trinitaria y pneumatológica. Llega así a su intuición central que ve esa acción divina que posibilita la emergencia evolutiva a través de la autotrascendencia de las creaturas como función «propia» del Espíritu Santo, extático y dador-de-vida. Por otra parte, en su modernización de la «relación creadora» de Santo Tomás, intuye también esa relación como función «propia» del Espíritu Santo, extático y portador-de-koinonía. Como intuición previa, ve el interés de destacar estas funciones o papeles «propios de» (y no sólo «apropiados a») las personas divinas, dentro de la acción indivisa de la Trinidad sobre la creación. La primera parte del presente artículo presenta esas tres intuiciones en forma de tesis (§ 1.3). Pero presenta previamente su base filosófica de «ontología relacional» del universo y de la Trinidad, a través de los tres «trascendentales abiertos»: «relacionalidad», «identidad relacional» y «emergencia evolutiva» (§ 1.1). Y su base de una teología de la acción del Espíritu en la creación: bíblica, patrística y teológica moderna (§ 1.2). La segunda busca rastrear en las publicaciones de Denis Edwards su itinerario conceptual: de la concepción cristológica rahneriana, a través del nuevo trinitarismo, revitalizador de Ricardo de S. Víctor, hasta una concepción pneumatocéntrica, despertada por su preocupación ecológica (§ 2).