¿Educadores, orientadores, terapeutas? Juventud, sexualidad e intervención social
Abstract
Los programas de salud sexual y reproductiva dirigidos a jóvenes tienen una historia reciente, relacionada con las políticas internacionales, especialmente la CIPD de El Cairo, que en 1994 recomendó servicios específicos para adolescentes y propuso reducir sustancialmente los embarazos en este grupo social. Esta focalización es una oportunidad para considerar a los jóvenes como ciudadanos con derechos, o también como nuevos clientes con consumos específicos en salud. En este artículo analizamos cómo se expresa este conflicto en los programas de salud sexual y reproductiva, y los límites y alcances del papel mediador que desempeñan los funcionarios que realizan intervenciones en salud, especialmente cuando entran en relación con otros agentes de socialización (padres y madres, educadores, etc.) de los y las adolescentes, pero también con el sistema público de salud. En este campo identificamos las perspectivas predominantes de intervención social que buscan dirigir y estructurar el posible campo de acción de las y los jóvenes en materia sexual. Estas perspectivas hacen énfasis en las responsabilidades individuales en relación con el autocuidado y se articulan muy bien con el modelo vigente de salud, fundado en la racionalidad del mercado.