ANIAV (Sep 2019)

Dos vínculos poco explorados de la performance en Norteamérica

  • Gonzalo Enrique Bernal Rivas

DOI
https://doi.org/10.4995/aniav.2019.11929
Journal volume & issue
Vol. 0, no. 5
pp. 1 – 12

Abstract

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¿Existe una pedagogía de la performance? ¿Existen varias?; ¿La performance se enseña? ¿Cómo? Este tipo de preguntas son las que este texto desea provocar en el lector a partir de una revisión, que no pretende ser exhaustiva, de textos con visiones que son difícilmente coincidentes como las planteadas por un lado, por Eloy Tarcisio en Performance en México: 28 testimonios 1995 – 2000 de Dulce María de Alvarado (2015) y por La Pocha Nostra (2011) en Exercises for Rebel Artists: Radical Performance Pedagogy; y por otro lado, por James Elkins (2001) en Why Art Cannot Be Taught: A Handbook for Art Students. Otras preguntas que pueden surgir son ¿La performance es solamente un objetivo de aprendizaje? o ¿puede también ser una herramienta para alcanzar otro propósito pedagógico? Se espera despertar estas interrogantes a partir de una breve revisión de Showing seeing: a critique of visual culture de W.J.T. Mitchell (2002) en la que, si bien no se rebate la idea de “pedagogía de la performance”, se propone a la propia performance como herramienta pedagógica para aprender, particularmente, sobre estudios visuales. Finalmente, ¿por qué es importante relacionar la performance y la experiencia? ¿qué tipo de experiencia tiene un espectador durante una performance? ¿por qué la presentación es un concepto clave para la performance, comprendida desde la fenomenología? Centrados en Análisis Reflexivo de Lester Embree (2003), se presenta la taxonomía de la experiencia propuesta por este autor, la cual puede ser la clave para explicar, desde otro ámbito, uno fenomenológico, un rasgo de esta disciplina artística que ha sido destacada por Bartolomé Ferrando (2009) en El arte de la performance, Elementos de creación: la presentación.

Keywords