Espacio, Tiempo y Forma. Serie V, Historia Contemporánea (Jan 2011)

Portugal y su imperio frente a la descolonización 1945-62

  • Adolfo Cueto

DOI
https://doi.org/10.5944/etfv.23.2011.1579
Journal volume & issue
Vol. 0, no. 23

Abstract

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Portugal logró construir un imperio colonial en África tan notable como desajustado a las aparentes capacidades del país, y eso fue gracias a una difícil combinación de factores endógenos y exógenos, un éxito que llevó a que los dirigentes lusos confiriesen al Ultramar un papel ideológico capital. Sin embargo, tras la Segunda Guerra Mundial los factores externos que habían favorecido la materialización del Imperio desaparecen, y en este nuevo contexto marcado por la Guerra Fría y la ola descolonizadora, Portugal es incapaz de contemporizar sus relaciones con las colonias. El temor a que la pérdida de los territorios extraeuropeos acabase también con el Régimen, además de otros factores, determinó la imposibilidad de que el Gobierno aceptase revisar sustancialmente su política inmovilista, obligándose a sostenerla en circunstancias internacionales y nacionales extremadamente difíciles, especialmente a partir de 1961. A pesar de la evidente imposibilidad de mantener la soberanía en Ultramar por la fuerza en ese contexto, para buena parte de la cúpula del Estado Novo cualquier alternativa que pusiese en cuestión la «unidad pluricontinental de Portugal y sus provincias ultramarinas» era inaceptable, al ser la piedra angular que sostenía el mito del «caso único» del colonialismo portugués y por consiguiente la justificación de su continuidad, siendo además el dogma que impedía una discusión interior abierta y perniciosa sobre el futuro de las colonias — obviamente junto a la propia naturaleza antidemocrática del Régimen. Por esa razón, el único camino posible era el de la guerra, complementada con algunas reformas administrativas, económicas y sociales que ejecutaría Adriano Moreira, y que no pudieron ser otra cosa que una certificación de los estrechos límites en los que el Portugal de Salazar podía moverse.Portugal managed to build a colonial empire in Africa which was as remarkable as out of proportion with the country’s limited resources.This was posible thanks to an odd combination of internal and external factors. This successful combination led Portuguese rulers to attach a great ideological meaning to the country’s overseas possessions. Alter WWII, however, the external factors favouring Portuguese colonial expansion disappear. In the new context of the Cold War and Decolonization, Portugal seems unable to reach a successful compromise with her colonies. Fears arise that the loss of overseas territories might as well finish with the Salazar Régime. Along with other causes, these fears made it impossible for the Portuguese government to change its rigid policy, which was kept despite difficult national and international circumstances, especially since 1961. Notwithstanding this context, most of the Estado Novo Establishment refused to contemplate any other alternative which might question «the multi-continental unity of Portugal and her overseas provinces». This «unity» was the foundation of the myth of the «unique case» of Portuguese colonialism. The dogmatic character of such unity, together with the dictatorial nature of the régime, prevented any open discussion about the issue. For all these reasons, the only way out of this impasse was war, alongside some administrative, economic and social reforms. These reforms were implemented by Adriano Moreira, but they were the confirmation of the narrow margin of manoeuvre of Salazar’s Portugal.

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